La vitamina K, fundamental para hacer frente a las hemorragias en las primeras semanas de vida del bebé

  • La vitamina K es un micronutriente esencial que se encuentra en diversos alimentos y que evitará que se produzcan complicaciones como la enfermedad hemorrágica.

  • Esta complicación puede ser común entre los recién nacidos y habrá más riesgo de que se produzca un sangrado por hemorragia.

  • Este podrá ser especialmente complicado para los niños y podrá causarle graves consecuencias.

La vitamina K es un micronutriente esencial que se encuentra en diversos alimentos. Este resultará primordial en el proceso de coagulación de la sangre para, así, evitar sangrados que pueden comprometer la vida de la madre. Además, los recién nacidos tienen niveles muy bajos de esta vitamina al nacer, por lo que, desde hace años, se recomienda la administración de una dosis de vitamina K intramuscular en el momento de su nacimiento.

Para qué sirve la vitamina K

De esta forma, se previene una patología muy común como es la enfermedad hemorrágica del recién nacido (EHRN), que, aunque es poco frecuente, puede dar lugar a un sangrado masivo que puede poner en riesgo la vida del bebé, especialmente en esas primeras semanas de vida. Así, de forma general, los beneficios de la administración de la vitamina K superan, claramente, a los riesgos, sobre todo en esas primeras semanas de vida. Es por eso que esta práctica está bastante extendida.

Para comprender qué es la Enfermedad Hemorrágica del recién nacido hay que saber que la sangre es el principal fluido de nuestro organismo y que, además, porta distintos nutrientes, factores y cofactores. Entre ellos, aquellos que intervienen en la coagulación, también denominada ‘hemostasia’. El proceso de coagulación será importantísimo en la vida de todas las personas, ya que permitirá que, cuando hay un sangrado, se forme un coágulo natural que impida la pérdida excesiva de sangre.

El riesgo de hemorragia

En el caso de que la cascada de coagulación no funcione, el riesgo de sangrado será muy elevado y, ante cualquier traumatismo, se podrá producir una gran pérdida sanguínea que puede poner en riesgo la vida del niño en cuestión de minutos. Entre esos factores que intervienen en la coagulación podemos encontrarnos con la vitamina K, un nutriente muy especial y presente en múltiples alimentos, que también es sintetizado por las bacterias beneficiosas presentes en el intestino de los adultos.

¿Qué es la EHRN?

Eso sí, los bebés, en el momento de su nacimiento, apenas tienen reservas de vitamina K. Por eso, habrá más riesgo de que se produzca un sangrado por hemorragia. El déficit de vitamina K puede ocasionar una deficiencia en los factores de coagulación que dependen de esta. Esto conlleva el riesgo de aparición de una enfermedad denominada enfermedad hemorrágica del recién nacido, que puede llegar a ser muy grave y poner en riesgo la vida del bebé.

Esta enfermedad puede dividirse en tres categorías. La EHRN precoz, que tiene lugar en las primeras 24 horas de parto, y que suele ser la menos común. La EHRN clásica, que suele ser la más habitual y que ocurre durante la primera semana tras el nacimiento, especialmente en los tres primeros días. Y la EHRN tardía se da a partir de la primera o la segunda semana de vida hasta los tres meses de edad. Lo más frecuente es que se trate de hemorragias intracraneales, cuyas consecuencias pueden llegar a ser más graves, provocando, incluso, la muerte del bebé.

Como ya hemos comentado, cuando el bebé nace, el riesgo de sufrir esta enfermedad será mayor. Por eso, puede minimizarse con la administración, tras el nacimiento, de una única dosis de vitamina K, administrada de forma intramuscular en el muslo. Además, tal y como se ha apuntado en diversos ensayos, la administración de la vitamina K, al nacer, previene el riesgo de EHRN. Aunque eso sí, esta enfermedad es poco común y el riesgo de sangrado o de hemorragia cerebral no será tan común.

Cómo se administra

La administración más habitual de la vitamina K es una forma intramuscular, mediante la inyección en el muslo, justo tras el nacimiento. El procedimiento suele realizarlo la matrona que atienda el parto con la inoculación de la dosis en el tercio medio de la cara anterolateral del muslo. En caso de que los padres rechacen la inyección, también podrá administrarse por vía oral. Aunque eso sí, de esta forma será menos efectiva, la dosis será mayor y durante un periodo más largo de tiempo y es más probable que no se cumpla bien con el tratamiento.

Sí que hay países que recomendaban la vía oral como primera opción, pero, ahora, se recomienda la pauta intramuscular. Para minimizar, en la medida de lo posible, el dolor vinculado con la inyección de la vitamina K se podrá no administrar de forma inmediata o mientras el pequeño esté tomando el pecho.