Alicia Vikander ha decidido pronunciarse sobre el acoso, pero no en Hollywood, sino en el cine sueco. Lo ha hecho a través de una carta abierta a la que, además de ella, se han sumado otras 600 actrices de origen nórdico como Sofia Helin o Marie Goranzon. "Directores, han fallado. Productores, han fallado. Compañías de producción, han fallado. Gerentes de teatro, han fallado. Políticos, han fallado", denuncia la misiva.
Esta queja colectiva defiende la "tolerancia cero contra la explotación y la violencia sexual" con el fin de que la industria "deje de proteger, contratar y ganar dinero con los perpetradores". Para las firmantes, es responsabilidad de todos no permitir que el abuso sexual siga existiendo en el entorno laboral y prometen "poner la vergüenza donde pertenece, con el perpetrador y los que lo protegen" bajo un lema rotundo: "Sabemos quién eres".
El caso de Rebel Wilson ha sido diferente. La protagonista de 'Dando la nota' ha decidido echar mano de su Twitter personal para demostrar que, aunque se suele mostrar "como una persona fuerte y segura", ella también tiene una historia que contar. "Una estrella de cine, en posición de poder, me invitó a su habitación y me pidió varias veces que metiera mi dedo en su culo. Todo esto pasó mientras sus amigos trataban de grabar el incidente con sus iPhones", relata.
El segundo episodio sucedió algo después con parámetros bastante similares: un director de cine, la habitación de un hotel... Y esta vez (por fortuna) tampoco llegó a nada físico: "La mujer del hombre lo llamó y empezó a insultarlo por teléfono por haberse acostado con actrices. Era tan ingenua que solo pensar que podía ocurrir algo más que una 'charla sobre trabajo' ni siquera pasó por mi mente".