La escena de los caracoles de 'Pretty Woman' y 5 cosas más para estar ya siempre 'living' con Julia Roberts

divinity.es 11/09/2019 09:00

1. La naturalidad del venerado Hollywod. Uno de las últimos momentazos de la actriz fue junto al cómico James Corden en su visita al programa The Late Late Show donde demostró que humor no le falta. Para sorpresa de sus fans, Julia volvió a ser por unos segundos Vivian, en Pretty Woman; Anna Scott en Nothing Hill... y así hasta 21 personajes que parodió con la ayuda de James, rememorando algunas de las escenas más importantes de la carrera de la oscarizada actriz. Y aunque no volvió a repetir frases como "Me meo del gusto en la bragas" -como dijo Vivian- estuvo muy divertida, natural, espontánea... Y por eso nos encanta. Demostró, una vez más, que sigue siendo la 'novia de América'.

2. Los famosos caracoles y su cara de: 'cómo se come esto' con la que tan identificados nos hemos sentido en algún momento de nuestras vidas. De 'Pretty Woman', además de lecciones de estilo, también hemos aprendido normas de protocolo que a más de uno le habrán sacado de un apuro. Desde que lo correcto no es coger los caracoles con la mano sino con cubiertos hasta que "la servilleta ha de estar colocada en la rodilla y los codos deben estar fuera de la mesa". Palabra de Héctor Elizondo, el 'salvavidas' de nuestra querida Vivian antes de una importantísima cena.

3. El vestido rojo de escotazo corazón. Sus looks en 'Pretty Woman', además de ser todo un legado para la historia de la moda, nos han dado muchas alegrías esta temporada -se lleva todo lo que lució Vivian-. Pero si tuviéramos que quedarnos con una prenda elegiríamos el icónico vestido rojo de escote corazón con el que Julia -Vivian en la ficción- acompaña a la ópera a Richard Gere -Edward Lewis en el filme-. Su largo perfecto, porque sienta bien a todas las siluetas; su escote corazón, ese que tanto gusta porque sienta bien a cualquier pecho; y sus hombros al aire; lo coronan como 'el vestidazo' que enamoró a hombres y mujeres. Un diseño que permanece y permanecerá para siempre en nuestro recuerdo. ¡Gracias Julia por inspirarnos tanto!

4. La paciencia como estilo de vida. Todo para torear las lanzas, a modo de crítica, que le 'regalan' sus compañeros de profesión. Un mantra que le permite dar portazo a las críticas sin perder esa sonrisa cautivadora, a pesar de acumular una lista de detractores que, entre otras cosas, la dedican perlas como estas:

· "Ya te dije que no era trigo limpio". Palabras de Jennifer Aniston a Matthew Perry, cuando Julia le dejó por su entrenador personal.

· Julia tiene "una boca enorme y cuando la besé en Nothing Hill podía oir el eco de su respiración". La respuesta de Julia a modo de lección: "Reconozco que tengo una boca inmensa"

· "Es una mala persona", firmado Nick Nolte.

Pero no todo son 'zascas', Julia también sabe rodearse de grandes amigos como su querido George Clooney con el que además de compartir rodaje disfruta de la vida.

5. La 'sonrisa de Hollywood'. Si hay algún rasgo de Julia sobre el que se ha escrito, y mucho, es de su icónica sonrisa. Enigmática, eterna, hipnotizadora...y hasta la han dedicado una canción. Hace unas semanas Chris Martin se adelantó a su cumpleaños regalándole una melodía: "De media milla", "como una enorme estrella", "una sonrisa que ilumina toda la Tierra", le cantó Martin. Además de hacer un guiño al clásico de Roy Orbison 'Oh, Pretty Woman', tema central de la banda sonora de este clásico del cine romántico. Un gesto que reafirma que estamos ante la 'Pretty Woman de Hollywood', a la que las grandes estrellas de la música dedican edulcoradas letras. ¡Bravo!

6. Las lecciones sobre cómo salir airosa de cualquier problema familiar. Las malas relaciones con su hermana no eran ningún secreto; ni en Hollywood, ni en el resto del mundo. Los problemas con las drogas de su hermana fueron uno de los detonantes de la mala relación entre ambas, hasta el punto de que Nancy Roberts revolucionó las redes a golpe de tuit lanzando un envenenado dardo a la actriz: "Julia Roberts es una zorra". Fue después de la muerte de Nancy -quien falleció el de 2104-, cuando la actriz confesó sus sentimientos: "A menudo he tenido ganas de retorcerle el cuello" pero reconozco que "ha sido valiente para poner fin a su dolor".