¡Viva las mujeres con curvas!

divinity.es 01/03/2012 13:10

El próximo sábado, a las 15:30, podremos recordar a Ava Gardner en Las Nieves del Klimanjaro. La película, basada en una de las obras maestras de Hemingway, narra el drama romántico entre la Gardner y Gregory Peck.

Ava Gardner -ganadora del Oscar por Mogambo – ha sido considerada uno de los grandes mitos del séptimo arte así como ‘El animal más bello del mundo’. Estuvo casada en tres ocasiones, pero fue su relación con el legendario Frank Sinatra, el gran amor de su vida, la que hizo correr ríos de tinta. Sin emabargo, lo cierto es que fue su silueta la que trajo de cabeza a medio mundo.

En una época en la que las curvas, las protuberancias y, por qué no, un par de kilitos de más no suponían ningún drama, encontramos grandes mujeres de bandera. Hablamos, cómo no, de los años dorados de Hollywood.

Apenas alcanzaba el metro sesenta, pero Elizabeth Taylor derrochaba sensualidad por todo su cuerpo. Era una enamorada de los diamantes y de los hombres; a lo largo de su longeva carrera coleccionó cientos de pedruscos y pasó por el altar en ocho ocasiones, incluidos dos enlaces con Richard Burton.

Por su parte, Jane Russell inició su carrera como modelo de sujetadores en televisión, pero sus curvas le valieron para alzarse como una de las actrices más seductoras del momento. Ni la mismísima Marilyn consiguió hacer sombra a esta morena en su papel protagonista en Los caballeros las prefieren rubias.

Sería injusto no incluir en esta lista de mujeres con curvas a la más sexy de todos los tiempos, Marilyn Monroe. Dicen de ella que era caprichosa, indisciplinada, insegura e impuntual, pero todo se le perdonaba a la actriz más deseada de la meca del cine. Fueron muchos los que cayeron en las redes del símbolo sexual por excelencia. ¿Quién no recuerda la estupor de Kennedy mientras la californiana le cantaba ‘Happy Birthday to you’?

Mujeres como la pelirroja más explosiva de todos los tiempos, Deborah Kerr, personificaron la sensualidad durante la década de los cincuenta. Kerr poseía un físico despampanante, traía a los hombres de cabeza incluso vestida de monja, pero a diferencia del resto de sus compañera no protagonizó ningún escándalo amoroso -su segundo matrimonio duró mas de cuarenta años-