Repasamos el álbum de boda de 'Anatomía de Grey'

Muchas han sido las veces que los personajes de 'Anatomía de Grey' se han puesto sus mejores galas para asistir a las bodas de sus compañeros. A lo largo de nueve temporadas hemos visto de todo. Las dudas les asaltan en el momento clave, pero siempre hay alguien ahí para calmar los nervios antes del gran momento: Meredith a Cristina, Bailey a Callie, Sloan a Arizona... Algún enlace incluso no llegó a celebrarse. ¿Te animas a echar un vistazo con Divinity al álbum de bodas del Seattle Grace?

Tras "un temor momentáneo", Cristina toma aire y decide caminar hacia el altar, pero Burke ya lleva bastante tiempo esperando y termina siendo él quien camina hacia Cristina y no al revés. "Lo siento. Estoy esperando que llegues al altar, pero no quieres ir, pero irás porque me quieres. Si yo te quisiera a ti, y no a la mujer que pretetendo que seas ni a la que espero que llegues a ser... Si fuera así, no estaría esperándote; dejaría que te fueras". Asombrada, ella responde: "¡Llevo puesto el vestido, estoy dispuesta! Puede que antes no, pero ahora sí. Creo que quiero". Y ante ese "creo", él lo ve claro: "Yo querría que no lo creyeras, sino que lo supieras".

Era uno de los momentos más esperados de la serie y fue uno de los más emotivos, sin duda. En la boda de Meredith y Derek no hubo testigos, ni cura, ni anillos. Ni siquiera un traje de novia. Pero sí unos votos... ¡en un post it! Así, Derek escribe: "Yo quiero estar contigo y tú quieres estar conmigo... ¿Qué queremos prometernos? Que nos querremos hasta cuando nos odiemos, sin huir, jamás, nadie echará a correr, pase lo que pase". Recordando la enfermedad de su madre, ella añade que si sufre Alzheimer (como su madre) y se olvida de él: "Yo te recordaré quién soy cada día. Esto es para siempre. Firma", dice Derek. Y después sólo queda una cosa para firmar su enlace... Besar a la novia.

Se suponía que iba a ser la boda perfecta de Meredith y Derek, pero terminó siendo la boda de Izzie y Karev. Una ceremonia que ella misma había preparado meticulosamente para la protagonista, quien termina cediéndosela (vestido incluido). Para ello, Izzie tiene que salir de la camilla del hospital y olvidar su cáncer por un rato. Y allí, frente al altar, escucha las palabras de su futuro marido: "Hoy comienza mi vida. Toda mi vida he sido sólo un pedante. Hoy seré un hombre. Hoy seré marido. Hoy empezaré a contar para alguien más que para mí. Hoy contaré para ti. Para nuestro futuro y las oportunidades que el matrimonio nos ofrezca. Juntos estaré dispuesto a todo. Hoy empieza nuestra vida juntos y estoy deseándolo".

El enlace entre las doctoras Callie y Arizona estuvo cargado de complicaciones. Por un lado, Arizona echa en falta a su hermano, mientras que a Calliele le entra un ataque de nervios: "No puedo traer a un cura, no tengo quien la celebre, no me va a entregar mi padre, no va a ser legal... Sólo somos un par de chicas disfrazándose, no es real". Pero Bailey consigue tranquilizarla. Es más, termina siendo quien dirige la ceremonia: "Estamos aquí para celebrar un poco de magia... Para unir a dos escepcionales y maravillosos seres humanos. Es un placer declararos mujer y mujer".

Nos quedamos con las ganas de ver a Meredith vestida de blanco caminando hacia Derek. Este es el vestido que hubiera llevado y que finalmente cede a Izzie. Durante la boda de Arizona y Callie, Meredith y Derek se escapan para celebrar su boda por lo civil sin romanticismos ni alianzas y en la más rigurosa intimidad.

Si lo suyo fue un amor a primera vista, su relación no estuvo precisamente falta de complicaciones y altibajos, pero al final Cristina y Owen consiguen celebrar su boda. Justo antes de la ceremonia, Cristina le pregunta a Meredith, su mejor amiga, cómo está su futuro marido: "Él está bien. Está perfecto. Es perfecto". Entonces consigue apartar los miedos de Cristina y bajar las escaleras que conducen hasta Owen, que la espera impaciente, nervioso y... profundamente enamorado. Y ella, vestida de rojo, el color de una pasión que a ellos no les falta.

En el caso de Bailey, no se trataba de su primera boda. En la primera temporada estaba casada con Tucker, con quien tiene un hijo. Sin embargo, la pareja termina rompiendo y ella va rehaciendo su vida poco a poco. En la novena temporada, Bailey contrae matrimonio con Ben, un guapísimo doctor. Eso sí, se hace de rogar. Tiene tanto miedo que se refugia en los quirófanos y, por un momento, llega incluso a olvidarse de la boda. Los invitados empiezan por el banquete y finalmente la novia aparece.