A Megan Fox lo que le pone es ella misma

divinity.es 06/07/2010 18:55

En el último número de Interview nos encontramos con un reportaje en el que el fotógrafo Craig McDean retrata de una forma muy particular a Megan Fox, que es portada del último número de la revista. Unas fotos en las que la protagonista de Transformers aparece jugando con una muñeca desnuda, su doble.

El debate sobre el uso de Photoshop en los medios de comunicación está viciado. Las revistas de moda -que son las que más abusan de esa herramienta- suelen utilizarlo para vendernos imágenes ideales de las modelos y celebrities que aparecen en sus páginas. Algo que como es sabido muchos critican porque se potencian cánones de belleza ya de por sí bastante artificiales.

Pero Photoshop es mucho más que un programa de maquillaje digital. Es un símbolo de estos tiempos en los que la realidad y la ficción se confunden cada vez más. Eso es lo que quiere demostrarnos con estas fotos Craig McDean, un fotógrafo tan interesante como inteligente.

No sabemos con certeza si en esas imágenes se ha retocado digitalmente o no a Megan Fox, aunque eso esta vez no importa demasiado. Una de las características de la forma de trabajar de McDean es que se rodea de excelentes maquilladores. Gracias a ellos la piel de las modelos recuerda a la textura plastificada que se consigue con el popular programa. Por eso no importa el método con el que se ha logrado el resultado. Lo que importa es que desde el punto de vista artístico la fría atmósfera de esas imágenes se mueve entre lo irónico y lo reivindicativo.

Irónico porque McDean muestra a la modelo y a su doble como las dos caras de una misma moneda: el producto Megan Fox. Que es tan falso como cualquiera de los robots que aparecen en Transformers, la película enlatada que la lanzó a la fama. Y reivindicativo porque se apuesta por una estética muy sofisticada que nos recuerda a la fotografía de las películas de culto de de ciencia ficción, al cine experimental de Igmar Bergman o las fotografías de Man Ray.

De hecho, McDean se declaraba seguidor de ese fotógrafo de vanguardia en un artículo dedicado al retoque de imágenes publicado en The New Yorker. En él contaba que se había inspirado en su estilo para retratar a Kate Moss, aunque usando recursos digitales. Y es que el autor de las fotos de Interview -no es la primera vez que realiza una portada rompedora para la revista- apuesta por usar toda clase de trucos con un fin artístico.

Ese enfoque tiene poco que ver con el uso que se hace del retoque digital en la mayoría de las revistas. Más allá de lo que haga o deje de hacer con los ordenadores lo importante de McDean son sus iluminaciones teatrales y su psicología, que es la herramienta más valiosa de un fotógrafo.

En el reportaje también está presente el fetichismo sexual. Un elemento que cabalga junto a la ambigua Megan Fox, que tantas veces ha jugado a etiquetarse como bisexual. Seguramente porque sabe, o alguien le ha dicho, que eso aumenta su cotización como icono erótico. Por eso McDean las muestra a ella y a su 'muñeca' con ese corte de pelo a lo Louise Brooks, un fetiche que a pesar de estar muy visto sigue funcionando de cara a provocar sueños húmedos. Aunque si hacemos caso a las fotos a Megan lo que de verdad le pone no son los hombres ni las mujeres, lo que le verdad le pone es meterse en la cama con ella misma.