Cinco políticos que necesitan cambiar su avatar en Twitter

divinity.es 02/06/2011 20:21

Los políticos con frecuencia copian en la red a las celebrities, pues saben que su popularidad en el mundo real va unida a la imagen que proyectan en Internet. La #spanishrevolution, el cataclismo electoral del PSOE, la euforia -con resaca incluida- del PP y la larga precampaña electoral que nos espera hasta las elecciones tienen revolucionado Twitter.

Para hablar a las masas no todo depende de lo que uno diga a sus 'followers'. Un buen avatar también es importante. Analizamos aquí las fotos de perfil de cinco políticos que necesitan urgentemente un lavado de cara en la red de los 140 caracteres.

Esperanza Aguirre, a pesar de que da más juego a la prensa que muchos famosos, en Twitter proyecta una imagen de lo más sosa. Eso de usar en su perfil una foto que recuerda a la del DNI nos parece muy mala idea. Tampoco es una buena elección lo de posar con un traje de blanco nuclear sobre fondo blanco -parece que anunciase detergente-.

Sonría con ganas, por favor. Esa media sonrisa es bastante falsa. Del retrato sólo nos quedamos con la asimetría de su mirada. Nos ha llamado la atención encontrarnos en el archivo de la foto los datos que graba la cámara sobre cómo se hizo la toma. Constatamos que la candidata ni ha usado una foto de hace tiempo para quitarse años -el disparo se hizo el 6 de abril de 2011- ni la han maquillado con Photoshop.

Esa pose artificial le hace un flaco favor a Patxi López en Twitter, pues es un retrato que huele a rancio. Parece más propio de un lehendakari de hace 30 años que de un político que sabe hacer bien las cosas en la red -con más de 100.000 seguidores López multiplica por cinco los cerca de 20.000 que tiene la cuenta oficial del PSOE-.

Más que al Pensador de Rodin la imagen recuerda a esos posados cursis de niños haciendo la primera comunión. En definitiva, que la Lehendakaritza necesita contratar a un retratista que sepa lo que hace. Eso sí, tampoco convendría pasarse de campechanos e inmortalizarle tocando el saxofón.

Lo de ponerse uno en plan interesante mirando por la ventana en una foto en blanco y negro le da a Esteban González Pons un aire demasiado presumido. Con semejante imagen el respetable lo único que puede pensar de ti es que te miras 30 veces al espejo antes de salir de casa. Y en política tanta vanidad no es buena.

Alguien debería explicarle a muchos políticos que los pelotas no son buenos consejeros. Antes de usar semejante avatar hubiese sido mejor pedirle opinión a alguien que esté dispuesto a tirarnos de las orejas. Si González Pons lo hubiese hecho habría descubierto que con una foto así uno puede ser fácilmente objeto de mofa.

Uno de los grandes males de la política es que los candidatos pierden con frecuencia el norte y se distancian de la gente. Si encima uno en vez de usar una foto en Twitter utiliza un logo, la imagen que proyecta es demasiado distante. Con semejante avatar no nos extraña que Tomás Gómez se haya dado un batacazo electoral.

Lo mínimo que se puede pedir a un político en la red es dar la cara. Utilizar un círculo rojo es una decisión más propia de una marca de refrescos que de un ex alcalde que se sabe el nombre de muchos de los vecinos de Parla. Haga lo que haga Tomás Gómez, de ahora en adelante, en política la primera decisión que debería tomar es la de no esconderse.

Vale que está bien usar un avatar en el que uno transmita imagen de cercanía. Pero de eso a lo que ha hecho el eurodiputado Raül Romeva (de Iniciativa per Catalunya Verds) hay un trecho. Si uno se pone una foto de perfil que recuerda a la portada del Nevermind de Nirvana no puede aspirar a que le tomen demasiado en serio diciendo según que cosas.

Lo único que se salva de semejante desaguisado es que, al menos, no ha empleado la imagen de la cabecera de su web. Esas gafas con un tono de limón salvaje del caribe con las que aparece hacen daño a la vista.