Top:
1. Si tienes la piel sana, limpia y ligeramente bronceada, enhorabuena: tienes resuelto el 80% del maquillaje. El sol es tu amigo, tómalo a ratos con cuidado y verás reduces tus productos y tu tiempo.
2. Suena a paradoja, pero este es el mejor momento para usar bronzer o polvos bronceadores. Simularás que has pasado la tarde en la tumbona mirando Instagram o que te has dado un paseo por la orilla del mar (sin mirar Instagram).
3. Te niegas a abandonar tu base de maquillaje en verano. Tus razones tendrás, pero te recomendamos que la aligeres mezclándola con sérum. Te gustará tanto que lo mantendrás el resto del año.
4. Deberías pasar tiempo en el agua. No olvides tu máscara waterproof. Tenla también a mano por si hay que soltar alguna lágrima, que el verano es tiempo de emociones.
5. Labios rojos en la piscina. Labios fucsia en la playa. Un sí monumental. No vayas a uno de los lugares más sociales del año como si acabaras de levantarte. Todo traje de baño luce más con los labios bien pintados.
Bluf:
1. Ya hemos visto Feud, pero no imitemos a Baby Jane. El verano no es época de bases potentes, cubrientes ni de maquillajes dramáticos. ¡Ojo con los polvos compactos! Si se mezclan con el sudor y la hidratante puede resultar una especia de barrillo que no queremos. Cámbiate, mejor, a los sueltos.
2. Mira y toca tu lápiz de labios. Si es blando úsalo con cuidado... o guárdalo hasta febrero. Se puede ver sucio y no eres Courtney Love en su momento más… Courney Love.
3. Piensas: menos maquillaje, menos limpieza. Mal. Es justo al contrario: en verano la piel está sucia de sudor, protector solar y lo que añadamos. Limpiarla cada día es tan obligatorio como comer gazpacho.
4. Olvídate del contouring, strobing y todo lo que termine en -ing. Es el momento de usar máscara, color en mejillas y labios y algo de corrector. El minimalismo cosmético es para el verano.
5. Si vas a perfilarte los labios, hazlo con cuidado. En verano se bebe mucho y es fácil que desaparezca el color y te quedes solo con la línea de los labios. Hay altas probabilidades de que termines pareciendo una millonaria excéntrica vestida con caftanes en Palm Beach rodeada de 20 perros blancos.