Juguetes rotos: Aaron Carter, Aitor Trigos y otras celebridades que han sido víctimas de su fama

divinity.es 19/08/2017 10:40

La semana pasada el mundo del corazón asistía compungido al testimonio de Aitor Trigos. El que fuera presentador de éxito hace una década relataba cómo las malas compañías, los malos hábitos y las equivocadas decisiones habían dado al traste con su carrera. El glamour de los 'fotocoles' y los platós de televisión dieron paso a las deudas y la exclusión. Trigos ha admitido que incluso tuvo que ejercer la prostitución y, tras tocar fondo, vive una vida sencilla y feliz en Málaga con su actual pareja. El caso del presentador de 'Amor en la red' no es el único y hoy repasamos otros nombres que lo tuvieron todo y cayeron en el ostracismo e, incluso, en la marginalidad.

Chapis, el presentador más querido de los 90

Hace veinte años el programa que partía la pana en la información rosa era el divertido ‘Qué Me Dices’. El espacio estaba conducido por Belinda Washington y José Antonio Botella, ‘Chapis’. La fama repentina engulló al simpático presentador del magacín y comenzó a consumir cocaína. La cancelación del espacio agudizó su adicción y nunca más volvió a la pantalla. Las cosas fueron a peor: los malos hábitos provocaron que el presentador padeciese un ictus del que todavía le quedan secuelas. Su vida, a día de hoy, es muy sencilla: “Hago la cama, subo a la terraza, paseo al perro de mi hermano y hago mucho zapping", declaraba en Sabado Deluxe esta primavera.

Poli Díaz, del ring al porno y a las páginas de sucesos

La historia de Poli Díaz también se asocia a una mala gestión de la popularidad y el éxito. Se convirtió en un boxeador admirado en todo el mundo, cuyo momento álgido llegó en julio de 1991, cuando peleó por el título mundial del peso ligero. La fama y el poder le alejaron de los buenos hábitos y comenzó una larga y tormentosa relación con las drogas. Arruinado, comenzó a vivir en el poblado de La Rosilla donde conseguía la droga e intentó ganar dinero en el cine porno. Para colmo, tuvo varios incidentes, entre los que destaca una agresión que le costó la cárcel. Ahora vive rehabilitado, tiene una novia y lleva una vida sana: “Entreno y estoy muy bien. Me va fenomenal”, dice.

Aaron Carter, el ángel rubio que se tornó en demonio

Saltó a la fama con tan sólo doce años como el hermano angelical y pre-adolescente del Backstreet Boy Nick Carter. Tal fue su nivel de popularidad que llegó a hacer sombra a su hermano y grabó varios discos de éxito. Hace unas semanas volvía a la primera plana en forma de ficha policial: lo detuvieron por posesión de drogas. Tras el escándalo se ha recorrido los platós norteamericanos contando su inferno vital de los últimos años.

Enric Escudé, de todo a nada

En los albores del milenio el nombre de Enric Escudé era sinónimo de éxito: colaboraciones, programas, publicidades… Lo vimos en ‘TNT’, en ‘El Programa de Ana Rosa’, en el Club Megatrix… Sin embargo lo perdió todo: se adentró en el mundo de la noche y comenzó a hablar de manos negras al estilo Estela Reynolds. En su autobiografía confesó trastornos psicológicos y alimenticios. Ahora tiene una tienda de ropa en Barcelona y consigue calmar el gusanillo de fama a través de su canal de vídeos, donde ha anunciado una entrevista en la que contará, como Aitor Trigos, sus infiernos.

La Veneno, muerte en la indigencia

El pasado mes de noviembre decíamos adiós a un icono de la televisión de los años 90: ‘La Veneno’. La musa del Mississippi tampoco supo gestionar la fama y las compañías y acabó en la más absoluta marginalidad, con paso por la cárcel incluído. Cuando parecía que volvía a retomar las riendas de su existencia, un accidente doméstico acabó con su vida.

Nadiuska, la musa del destape que vive en un sanatorio

La reina de las películas del destape lo perdió todo y llegó a dormir en la puerta de los mismo cines en los que décadas atrás se habían proyectado sus películas. “Me alimento de los cubos de basura y ya me he intoxicado dos veces”, declaró en los años 90. Actualmente se encuentra interna en el psiquiátrico de Ciempozuelos, donde aseguran que está bien atendida.

Estíbaliz Sanz, la chica Playboy que acabó de barrendera

La modelo Estíbaliz Sanz vivió a finales de los 90 y en los primeros años 2000 una época dorada. Acudía a todos los programas y saraos e incluso llegó a participar en el reality show ‘Hotel Glam’. Nuevamente las malas compañías, las drogas y la poca cabeza le llevaron a lo más bajo una vez que se apagaron las luces de los flashes. Trabajó durante una temporada como barrendera pero volvió a quedarse en paro y ya no le queda dinero de subsidio: “Voy cada día a echar currículos, pero no me llaman”, lamenta a la revista ‘Lecturas’.

Amparo Muñoz, la Miss Mundo que tocó fondo

La guapísima Amparo Muñoz alcanzó los títulos de Miss España y Miss Universo en los años 70. La malagueña se convirtió en la modelo y actriz más reclamada pero las drogas truncaron, una vez más, su carrera. Pasó tres décadas enganchada aunque logró superar sus adicciones. En 2005 publicó una autobiografía titulada 'La vida es el precio' en la que relataba sus vivencias como juguete roto. Muñoz falleció en 2011, a los 56 años, tras una larga y penosa enfermedad. Desde hacía varios años tenía la mitad del cuerpo paralizado a causa de dos aneurismas cerebrales.

Macaulay Culkin, el eterno ‘broken toy’

No hay lista de juguetes rotos de Hollywood que no cuente con Macaulay Culkin, el niño que cautivó a medio mundo gracias a películas como ‘Solo en Casa’ o ‘Mi Chica’. Tras el cruento divorcio de sus padres, en el que se preocuparon más por gestionar su fortuna que por su bienestar, el ángel rubio comenzó a beber y ya era alcohólico cuando llegó a la adolescencia. Tras pasar 20 años al borde de la indigencia, parece que se ha recuperado y luce mejor aspecto.

Lindsay Lohan, eternamente rehabilitada

Como Macaulay Culkin, Lindsay Lohan resulta imprescindible en cualquier lista de juguetes rotos. La tierna pelirroja de ‘Tú a Londres y yo a California’ se convirtió en una ídola adolescente con la llegada del nuevo milenio y títulos como ‘Chicas Malas’, ‘Ponte en mi lugar’ o ‘Herbie’. Después de aquella película cayó en una espiral de drogas y rehabilitaciones que dura ya diez años. En estos años, entre recaída y recaída, le ha pasado de todo: ha robado joyas, ha pasado por la cárcel, ha estrellado su coche, ha sufrido malos tratos y se ha convertido al Islam.