Madonna nos lleva entreteniendo desde hace ya 30 años. Tres décadas en las que nos hemos recreado en la evolución de su música, sus cambios de look, sus incursiones cinematográficas y hasta en sus aventuras amorosas. Hoy me quiero detener en su gusto por disfrazarse e ir a todo tipo de eventos hecha una auténtica ‘finstra’.
En dos de sus últimas apariciones públicas en sendos saraos la bertsolari de Michigan ha aparecido vestida de ‘boy scout’, en los premios GLAAD; y de una especie de medio fulana-medio madame de burdel en el caso de los premios Billboard de hace unos días. Sin embargo este gusto por el disfraz extremo viene desde los primeros momentos de su carrera.
Uno de sus primeros disfraces –y no confundir “disfraz” con “look”- fue el de novia camino del altar. La tonadillera de Detroit presentó mundialmente su famosísimo ‘Like a Virgin’ de tul y blanco en los premios MTV de 1984 para estupefacción del personal. Tal fue su impacto que a día de hoy es uno de sus disfraces más recordados.
Dos años después nos soprendía a todos disfrazada de flamenca del Whatsapp (mucho antes de que ese socorrido emoticono llegase a nuestros teléfonos para ilustrar todo tipo de mensajes) para la promoción de ‘La Isla Bonita’. Posteriormente adoptaría el disfraz-homenaje a Marilyn Monroe, con el que se presentó, por ejemplo, en los Oscars de 1991.
Los años 90 fueron un Halloween constante en lo que a modelitos de Madonna se refiere. La tuvimos disfrazada de todas las cosas imaginables: Maria Antonieta, dominatrix, mística, geisha… Acabó la década por todo lo alto con su famosísimo modelito de ‘cow girl’ con el que promocionó su disco ‘Music’
La pasada década también contó con reencarnaciones carnavalescas de la Lola Flores del mundo globalizado: En 2003 se disfrazó de paramilitara; tres años después promocionaba su disco ‘Confessions’ vestida de retro-disco setentera. Más recientemente y con medio siglo a sus espaldas se atrevía a vestirse de majorette… ¿Qué será lo próximo? Permanezcan atentos a sus pantallas.