“Trabajar, innovar y escuchar al fan”, ese es el truco de Prince Royce para perdurar con el paso de los años, y a pesar de su juventud, como “el rey de la bachata”. Su motivación por el trabajo y la buena vibra que transmite es latente cuando nos recibe en la habitación del hotel en el que se está quedando durante sus días de promoción en pleno centro de Madrid: “Es importante leer lo que dice la gente, sea bueno o malo, y mentiría si dijera que no presiona lo que opinan los fans. Todos los cantantes lo sentimos y sentir esos nervios nos hace humanos”.
Antes de que Rosalía regalara un temazo al mundo entero junto a The Weeknd, Shakira se animara a hacer colaboraciones por el estilo y Manuel Turizo reventara las plataformas digitales con una canción que aún hoy perdura en las distintas discotecas del mundo, la bachata era un género tremendamente infravalorado para la sociedad. Muchos las consideraban unas canciones de nicho y que solo unos pocos las escuchaban por placer hasta que Prince Royce las elevó a su máxima potencia: “El que grababa bachata hace quince años creía que solo podía hacerlo con un bachatero, pero en la actualidad ha llegado a un punto en el que los artistas han querido familiarizarse con el género. Me resulta muy interesante ver cómo cada artista quiere aportar su identidad al estilo y ayuda a la sociedad a escuchar nuevos sonidos”.
Durante la charla en exclusiva que puedes ver dándole al play al vídeo que abre esta noticia, Prince Royce hizo alarde de su superstición no queriendo responder a esa colaboración que se cayó de su último disco pues no quiere que se ‘gafe’ de cara al futuro, ya que volverá a llamar a su puerta. No solo de superstición, sino que tampoco tuvo pudor a la hora de reconocer la impulsividad que le define y que le ha llevado, como a todo el mundo, a tomar decisiones cuestionables: “Cada decisión es importante y puede definir algo bueno o malo en tu carrera o en tu vida. Por ejemplo, si tengo tres tragos encima no puedo responder al móvil, es una ‘llamada perdida’”, bromea.
Sobre lo personal, Geoffrey (que así es el nombre de pila de Prince Royce) se atreve a confesar que en las citas que mantiene no solo no conquista con bachata, sino que, además, ni se atreve a cantar: “Es más importante hablar y mostrar la verdadera personalidad. No creo que sea cómodo conocer a una chica y empezar a cantarle”. Y por si quedara alguna duda, claro que cuenta con un perfil secundario en redes sociales mediante el que se relaciona con su círculo y sigue a las cuentas que le interesan de verdad.
Sin duda, Prince Royce gana aún más en las distancias cortas.