Lucía Dominguín desvela cómo era la verdadera relación con sus padres: "No me he enterado ni de la mitad de las cosas"

La familia Bosé-Dominguín es una de las dinastías más conocidas y perseguida por los medios. Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín formaron un clan que a día de hoy siguen apareciendo en las portadas de la prensa rosa. Pese a esta gran repercusión a nivel mediático, no ha sido hasta hace relativamente poco que sus hijos han decidido sacar a la luz detalles sobre su vida privada. La segunda de ellos, Lucía Dominguín, ha participado esta semana en el programa de entrevistas 'No le mientas a Pinocchio', donde se ha sincerado sobre sus padres.

Tras debutar como modelo en la segunda edición de un certamen de belleza internacional, Lucía Bosé decidió meterse en el mundo del cine, donde a la vez que aumentaban el número de títulos que sustentaban su carrera, también creció su popularidad, consolidándose como una de las grandes estrellas de cine de la época. “Mi madre tenía un gran corazón, era una mujer muy generosa, demasiado, lo decíamos todos, lo dicen hasta mis hijos, tenía agujeros en las manos, todo lo que podía te lo daba”, habla la pintora de su madre, la cual antes presentarse al mundo en las pasarelas había llevado una vida tranquila como pastelera.

Por otro lado, Luis Miguel Dominguín fue el sucesor de una gran familia de toreros, pero su fama fue más allá del ámbito taurino, ya que se codeaba con importantes personalidades como el Francisco Franco o el pintor Pablo Picasso. “Yo he pintado con Picasso”, confesaba Lucía, que tuvo el honor de recibir un dibujo dedicado del artista. El matador, que su hija describe como un “cachondo" y "con un sentido del humor impresionante”, conoció a la actriz el rodaje de ‘La muerte de un ciclista’. El 1 de marzo de 1955 la pareja se casó en Las Vegas, aunque posteriormente también decidieron formalizarlo a través de la iglesia católica en España. Así se formaba una de las parejas más mediáticas y seguidas de la época, que su propia hija detalla como “espectacular y curiosa”. Fruto de este matrimonio nacieron la propia Lucía, Miguel y Paola.

“La relación que tenían mi padre y mi madre fue dura, yo no me he enterado de la mitad de las cosas”, comentaba la ex concursante de 'Pesadilla en el paraíso'. Un recuerdo muy distinto al de su hermano, que escribió un libro de memorias en el que hablaba sobre la “complicada infancia” que tuvo con sus padres. Mientras que Paola y Lucía tenían una excelente relación con el torero, este estaba acostumbrado a un ambiente opuesto al de su primogénito, lo que le llevaría a tener mano dura con él. Sin embargo, el gran apoyo del futuro cantante fue la actriz italiana. "Mi madre ha ayudado muchísimo a Miguel, ha estado muy pendiente de él durante toda su carrera y él la ha cuidado como no hizo mi padre", confesaba Paola, la pequeña de la familia.

Pero el otro lado de la moneda de la actriz no es del todo rosa. “Ha sido muy dura como madre", detalla su segunda hija. "Vivió en una época muy dura, la posguerra y la posguerra española”. Será mucho más tarde cuando Lucía Bosé confirmó a 'Vanity Fair' que no era como otras mujeres durante la maternidad. "He sido una madre difícil. La que he podido ser. He hecho de madre, de padre y de guardia civil. Pero nunca he sido la maruja que está siempre encima, sobreprotege y repite: '¡Amor mío, cuánto te quiero!' ".

Será tras una polémica infidelidad de Luis Miguel Dominguín con su prima Mariví Dominguín, cuando su mujer Lucía decidió separarse de él en 1967. “De la misma forma en la que tuve valentía para casarme con él, también la tuve para decirle vete a la mierda”, declaraba años después.

Lucía Dominguín, madre de cuatro hijos

Por su parte, la hermana de Miguel tuvo dos matrimonios distintos, de los cuales nacieron Olfo, Jara, Palito y Bimba. “Mis hijas dicen que han sido las niñas más contentas en su infancia, nunca nos han visto pelearnos y es verdad, nunca nos hemos peleado delante de ellas”, comenta respecto a su último matrimonio con Carlos Tristancho.

Fue el 13 de enero de 2017 cuando falleció Bimba Bosé con 41 años, a causa de un cáncer de mama. Su madre decidió aislarse para enfrentar el duelo y desde entonces ha hablado en contadas ocasiones de su muerte. “Es muy fuerte, cómo te levantas por la mañana, pensar que uno de tus hijos se va, te mueres por dentro en todos los sentidos”. Ahora, 7 años después solo recuerda el aprendizaje de esta tragedia. “A mi hija le agradezco lo que me ha enseñado, el valor que me ha dado y la demostración de amor que me ha dado en el momento de irse”. Además, la hermana de Miguel Bosé es plenamente consciente del paso del tiempo y su huella, por lo que explica que quiere estar más presente en la vida de sus familiares. "Tienes que seguir para adelante, tengo otros hijos, ahora tengo un nieto nuevo que es divino, no me lo quiero perder. Hay que superar esa parte porque hay seres que te quieren y tienes que luchar por ellos”, comenta refiriéndose entre otros a Leonardo, el pequeño de Jara que nació el año pasado.