De blanco, pero no sin llorar como él quería: adiós al arte de Manuel Molina

El compositor, guitarrista y cantaor Manuel Molina ha fallecido a los 67 años a causa de un cáncer de pulmón. Estos últimos meses de sufrimiento en los que se negó a recibir tratamiento médico, también le pedía arte flamenco a su familia con sus versos: "Que nadie vaya a llorar, que nadie vaya a llorar, el día que yo me muera. Es más hermoso cantar, aunque se cante con pena", decía una canción suya. Y han cantado en la capilla ardiente, pero también ha llorado, vestida de blanco como a él le gustaba, su hija Alba. Ella, su arte flamenco, aspecto de profeta y alma de rockero, su dúo con su ex mujer Lole Montoya, 'Lole y Manuel' que hizo historia en los 70... Repasamos el legado del tío Manuel, como le llamaban.

Manuel Molina nació en una familia de gran tradición flamenca, aprendiendo de su padre a tocar la guitarra. De Ceuta pasó a Algeciras, donde compartió años de adolescencia con Paco de Lucía para pasar por fin a su Triana. Allí fue donde lideró grupos como aquella 'Los Gitanillos del Tardón', junto a Chiquetete y El Rubio pasa pasar a lo más 'hippie', un grupo de rock progresivo llamado 'Smash'. A partir de este momento, las publicaciones se tuvieron en cuenta como un reflejo de lo que sería el rock andaluz posteriormente. Hasta que llegó el amor de Lole y su música. Aunque él decía que no sabía cantar, su manera de tocar la guitarra en vertical y su 'quejío' lo hicieron universal.

"Que nadie vaya a llorar, que nadie vaya a llorar, el día que yo me muera. Es más hermoso cantar, aunque se cante con pena”. Estos versos suyos, son parte de una filosofía que le llevó a afrontar su enfermedad sin ayuda médica para su cáncer de pulmón y que además introdujo en su familia. Ellos han obedecido a Miguel en la medida de lo posible, sobre todo su hija Alba, quien vestida de riguroso blanco al igual que su madre Loles, tal y como quería Miguel, la hemos podido ver cantando 'con pena' en la capilla ardiente junto a toda su familia.

El cantautor Miguel Molina fallecío el 20 de mayo como ha explicado la viuda del cantaor, Lola Rodríguez. "Ha muerto en 'en su casa, como buen gitano".Tras ser velado en casa rodeado de amigos y familiares, los restos han sido trasladados al Teatro Romero San Juan, en San Juan de Aznalfarache, donde se ha habilitado la capilla ardiente en la que toda la familia ha querido rendirle homenaje entre llantos y cantares, tal y como él hubiera querido.

Alba Molina es la hija que nace de la unión entre el cantaor y su pareja profeisonal y sentimental, Lole. Ambos tenían una estrecha relación en la que Manuel inculcaba constantemente los valores que él seguía de salud y libertad. Ambos llegaron a formar pareja artística en los escenarios, él a la guitarra y ella con su voz. También fue en los últimos trabajos musicales del cantaor donde Alba puso su granito de arena para ayudar a su padre. Hace unas semanas, ella misma le estaba preparando un concierto especial junto a su familia, por donde además del propio Manuel, pasarían otros importante artistas del flamenco, incluida su ex esposa Lole.

Alba Molina comenzó sus pasos como modelo desfilando para pequeñas pasarelas antes de dar el salto a la música. Fue con 'Despasito' en el año 2007 y con la colaboración de Alejandro Sanz que en ese momento también era su compañero sentimental, con el que se ganó el Premio 'Artista Revelación' . Más tarde llegarían 'Las Niñas', un trío de mujeres que se hicieron mediáticas con su 'Ojú' y su 'No a la Guerra' y con los que se llevaron varios premios. Después colaboraría con Pereza debido a su relación sentimental con Leiva, además de ser pareja artística de su padre en el espectáculo 'Molina, Alba y Manuel'. Pero fue en 2009 cuando con su nueva pareja Andreas Lutz forma 'TuCara', que tomó protagonismo con 'No puedo quitar mis ojos de tí'. Alba era la niña de los ojos de su padre Manuel y heredó toda una sangre de talento.

La trayectoria del cantaor dio un giro radical a partir de su unión sentimental y profesional con la cantaora Lole Montoya. En 1975 se edita 'Nuevo día',con unos versos que sintonizaban con la situación política de entonces, además de con otros grupos de flamenco de la época como 'Triana'. Se trataba de una nueva forma de hacer música y por supuesto, flamenco, reinvindicando una serie de derechos para el pueblo y la Andalucía en la que vivían: "La luz vence tinieblas por campiñas lejanas. El aire huele a pan nuevo, el pueblo se despereza. Ha llegao la mañana". Más tarde se separarían profesional y sentimentalmente tras tener a su única hija, Alba Molina y aunque volverían a intentarlo en los 90, al final Manuel siguió su carrera con su guitarra, a veces con su hija Alba y otras en solitario.

La familia de Manuel Molina estaba compuesta por Lole y Alba. Aunque se separara tanto profesional como sentimentalmente de Lole Montoya, todos sus familiares estaban volcados en prepararle un homenaje al cantante en el que tenía previsto participar su hija e incluso Lole. "Por mi hija soy capaz de cantar", habría dicho en una entrevista en la que mostraba su amor incondicional por Alba. Por otro lado, su carrera artística ha estado muy ligada a la personal al formar dúo tanto con su mujer como con su hija. En su funeral, han sido muchos los familiares y amigos que han querido presentarse para mostrar sus condolencias y cantar al ritmo del flamenco que más le gustaba a él.

El cantaor, al que le habían diagnosticado un cáncer hace apenas unos meses, se negó a recibir ningún tipo de tratamiento. Su última voluntad era la de cantar y morir en un teatro. Manuel Molina era una reconocido compositor, guitarrista y cantaor, impulsor del flamenco fusión y reivindicativo con su inigualable pareja Lole. Con ropas anchas, barba larga y casi siempre de blanco o negro, Manuel parecía haber adoptado en sus últimas apariciones aspecto de un profeta o juglar, tal y como lo siguen considerando en los círculos más cercanos.