¿Qué es una casa de partos y qué mujeres podrían recurrir a ella?

El parto hospitalario es la opción más habitual en España, frente a una minoría de mujeres que prefiere dar a luz en casa. Las dos opciones plantean un entorno radicalmente opuesto para la madre y el bebé, pero en los últimos años se ha consolidado una iniciativa que supone un camino intermedio. Se trata de las casas de partos, una opción que no está muy extendida y que no es apta para todas las mujeres, pero que plantea una alternativa que lleva años funcionando con éxito en países como Alemania y Gran Bretaña. 

¿Qué es una casa de partos?

Son espacios preparados para que una mujer pueda dar a luz, asistida por un equipo liderado por una matrona, evitando el tratamiento del parto desde un punto de vista patológico. El ambiente es parecido al de una casa, donde hay bañera y el instrumental médico no está a la vista. La intención es generar un espacio en el que predominen la intimidad y la calma, acompañando a la mujer tanto en lo fisiológico como en lo emocional. 

La luces son tenues, no hay ruidos del exterior, se ofrecen masaje y otros cuidados que acompañan y transmiten respeto. Así se espera que la madre encuentre un equilibrio hormonal de manera natural, produciendo oxitocina, conocida como la hormona del placer, y evitando que produzca adrenalina, que es la hormona del miedo. 

Se estima que de esta manera, además de favorecer que el parto sea una experiencia positiva, se pretende reducir las cesáreas, episiotomías o la anestesia epidural. Ahora bien, las casas de parto no son una opción para todas las embarazadas.

¿Qué mujeres pueden acudir a una casa de partos?

No todos los embarazos son iguales y la opción de parto que se ofrece en estas casas va dirigida a mujeres sanas que estén viviendo un embarazo de bajo riesgo y sin complicaciones. Esta condición es imprescindible para dar a luz en una casa de parto. 

El mayor temor cuando se planifica un parto fuera de un hospital es, lógicamente, la falta de medios para intervenir en el caso de que haya complicaciones. El riesgo de que esto ocurra disminuye considerablemente cuando la mujer goza de buena salud y el embarazo transcurre con normalidad. En cualquier caso, la atención que se ofrece es profesional y se cuentan con todos los recursos necesarios para asistir a la madre y al bebé y, si es preciso, trasladarlos a un centro hospitalario antes de que exista un riesgo real.