Gemelos monocoriales: ¿por qué es un embarazo de más riesgo?

Existen diferentes tipos de embarazos múltiples, y uno de ellos, el de gemelos monocoriales, se considera un embarazo de riesgo. En realidad lo son todos los embarazos en los que se gesta más de un feto, pero este es especialmente complicado. Te contamos en qué consiste y qué riesgos implica. 

¿Qué es una gestación gemelar monocorial?

Se utiliza el término gestación gemelar monocorial para hablar de un embarazo de gemelos en el que ambos fetos se encuentran en la misma placenta y comparten la misma bolsa de líquido amniótico. Esto quiere decir que ambos bebés contarán con una única bolsa amniótica para alimentarse, en lugar de tener cada uno la suya propia. Al ocurrir esto, aumentan los riesgos del embarazo. 

Complicaciones habituales

Hay complicaciones propias de los embarazos múltiples con las que contar, como la probabilidad de un parto prematuro, diabetes gestacional, el riesgo de preeclampsia o la restricción del crecimiento intrauterino. Esto se debe a que la placenta de la madre es mayor que un embarazo con un único feto, y supone un estrés metabólico y cardiovascular para la madre. Además de estos riesgos, existen otros que pueden producirse cuando el embarazo gemelar es monocorial.

Transfusión feto-fetal

Los dos fetos, al compartir la placenta, comparten también los vasos arteriales y venosos. En ocasiones, a partir de la semana 18 de gestación, puede producirse un desequilibrio que provoque que uno de los fetos tenga un exceso de sangre y otro una deficiencia. El primero debe, en ese caso, hacer que su corazón trabaje más, mientras que el segundo tendría anemia. Si esto ocurre y no se produce una intervención médica los gemelos no sobreviven. 

Si se detecta a tiempo, puede partirse la placenta en dos y dividir los vasos sanguíneos que los alimentan para que comiencen a vascularizar de nuevo. Tras la la intervención, existen posibilidades de que uno de los fetos sobreviva en un 80% de los casos. 

Crecimiento desigual

Esta es una alteración menos frecuente, pero también posible. En ocasiones se produce una restricción selectiva en el crecimiento que afecta principalmente a uno de los fetos, que deja de alimentarse bien. Pero el otro feto también sufre, porque en esta descompensación él se alimenta en exceso. Si se realiza un diagnóstico precoz puede realizarse una intervención a través de un láser, que es la misma que en el caso anterior. El porcentaje de supervivencia es aquí casi del 100% para el feto más grande.