Aunque no entra en detalles sobre cómo están evolucionando los trámites de divorcio, la actriz se ha sincerado con el periódico suizo SonntagsBlickal y confirma que ya ha dado con el equilibrio que necesitaba. "Ahora empiezo a encontrar el balance adecuado entre mi vida en el hogar y mi profesión. Toda madre sabe cuán difícil es esto y a mí me cuesta especialmente. Adoro ser madre. Lo que falta es tiempo para encontrarme a mí misma”, asegura.
La clave para conseguir la estabilidad han sido sus hijos. En unos meses en los que Angelina ha visto cómo su vida se ponía patas arriba, sus retoños han sido su mayor apoyo. "Sobre todo los hermanos mayores cuidaron de sus hermanos pequeños y también me han apoyado a mí -desvela-. Es tranquilizador que mis hijos estén tan unidos y se cuiden mutuamente. Eso me da paz, porque llegará el día en que yo ya no esté".
De un año a esta parte, Brad también ha hablado. Meses después de confirmarse la ruptura, el actor declaró ante la revista GQ cuál había sido el principal motivo por el que ya no estaban juntos. "Cuando formé mi familia detuve todo excepto el alcohol. Incluso este último año estaba bebiendo demasiado. Se había convertido en un problema", aseguraba.