Iñaki Urdangarin recuerda su ingreso en prisión y habla de su nueva vida: “Se me ha escapado el tiempo”
Iñaki Urdangarin se ha sincerado por primera vez acerca de cómo era su día a día en prisión y los cambios en su nueva vida en Vitoria
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se reúnen en Barcelona: el motivo y los detalles del encuentro
Iñaki Urdangarin ingresó en la cárcel de Brieva, en Ávila, en junio de 2018 después de que el Tribunal Supremo le condenase a 5 años y 10 meses de prisión por el Caso Nóos. Tres años después, en enero de 2021, obtuvo el tercer grado penitenciario y en marzo de 2022, la libertad condicional.
Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando el que fuera marido de la infanta Cristina se ha sincerado como nunca antes acerca de su día a día en la cárcel y de los cambios que se han producido en su vida desde que la abandonara.
Iñaki Urdangarin se sincera sobre su paso por la cárcel y su nueva vida
En un encuentro con ‘La Vanguardia’ en Barcelona, donde ha establecido la sede de su asesoría de coaching para deportistas y empresarios, Iñaki ha confesado cómo era su rutina en prisión, la cual arrancaba cada día con un desayuno y un posterior estudio hasta las 15 horas. Tras la comida, dedicaba su tiempo a escribir cartas y a otro tipo de lecturas alejadas de su formación que, junto a “los periódicos de las visitas”, le ayudaron a encontrar un “orden” que le ha “venido muy bien”.
Otra de sus grandes vías de escape en la cárcel fue el deporte, concretamente la bici estática, que se convirtió en “lo único” que tuvo “en mano durante mil días” según ha continuado relatando: “Sigo haciendo elíptica todas las mañanas. No saben qué grandes recuerdos tengo de lo que este tipo de máquinas me ayudaron. Me da ese punto de recuerdo positivo de cosas que me han ayudado a mejorar”, ha explicado.
Ahora, el que asegura que se ha “levantado después de todo lo que ha ocurrido” y pretende “ofrecer algo” por lo que considera que merece “una oportunidad”, vive en Vitoria, lugar en el que estableció su residencia después de obtener la libertad: “Tras salir de prisión, me afinqué allí por el tercer grado, porque tenía que tener un trabajo y fue un punto de arranque. Me lo tomé como una ciudad que es muy confortable para mí. Conocida porque pasé unos años de mi infancia”, ha afirmado quien, a pesar de lo anterior, pasa grandes temporadas en Cataluña, donde cuenta con la “mayor parte de familia y amigos”.
Es la ansiada “sencillez” que ha encontrado y más le “apetece” como consecuencia de las “etapas” de su vida la que ha establecido un orden de prioridades en su día a día que ha querido sentenciar al citado medio: “Mi vida es muy rutinaria. Madrugo, hago deporte, me pongo a trabajar después y luego me dedico a distintas aficiones y hago las labores de casa junto a mi pareja. Cuando tengo a mis hijos, disfruto de ellos. Es una vida ordenada. Mi vida ahora no llama la atención a nadie. Tengo la sensación de que se me ha escapado el tiempo y quiero aprovecharlo muy bien".