Bárbara Rey, en exclusiva, sobre el rey Juan Carlos: "Siempre le he puesto la mejor comida y el mejor vino"
Hablamos con la vedete, con motivo de la publicación de sus memorias, sobre los prejuicios en torno a ella, sus romances y su búsqueda de libertad
Todo lo que dio de sí la rueda de prensa de presentación de su libro: los titulares, el momento con su hija Sofía y los dardos al emérito y su hijo
"Supongo que siendo una cría ya evitaba todo tipo de normas, restricciones e imposiciones", asegura Bárbara Rey (Totana, Murcia, 1950) sobre su infancia en las primeras páginas de 'Yo, Bárbara: Mis memorias', el libro en el que la vedete repasa su trayectoria vital y profesional, admitiendo que de niña le encantaba el "revuelo" que generaba entre sus compañeros cuando se escapaba de clase. "¿Cómo aclarar la verdad cuando todo el mundo ha sacado ya sus conclusiones?", reflexiona, más adelante en la obra ,sobre varios bulos publicados tras someterse a una intervención quirúrgica. La libertad y la percepción mediática en torno a ella son dos de los temas que han sobrevolado siempre su figura y que vertebran, en buena parte, la mencionada obra. Hablamos con ella sobre estas y otras cuestiones.
En los últimos años, la tendencia a reapropiarse del propio relato, valga la redundancia, se ha multiplicado en lo que se refiere a la cultura de las celebrities. Las redes sociales impulsaron este fenómeno, que han acabado por consolidar los documentales y del que siempre han formado parte las autobiografías y las memorias editoriales. Y es lo que ansiaba hacer la murciana, que al fin narra, como reza la faja del libro (publicado este 12 de junio por Plaza & Janés), "toda" su verdad por primera vez en más de cuatrocientas páginas, divididas en varias partes y capítulos jugando con su nombre real, el de su niñez (Marita) y el artístico.
El prejuicio de la frivolidad y su condición de víctima
Porque María García García considera que la imagen pública en torno a ella no tiene demasiado que ver con la realidad. Que han sido muchos los prejuicios y los argumentos "mediocres" que han opacado sus palabras y confesiones. Incluso aquellas más complicadas, como las referidas a la violencia que sufrió durante su matrimonio con Ángel Cristo, padre de sus dos hijos, y que se prolongó una vez separados. El relato incluye episodios escalofriantes a este respecto, algunos de ellos muy conocidos, como el del disparo del domador con una pistola hacia ella, que acabó errando, y refleja el clima de tensión y terror que, según la de Totana, se instaló en su relación desde su boda en 1980.
Bárbara lamenta a esta web que su denuncia del machismo no haya tenido el impacto que otros casos. Y encuentra una explicación en la "frivolidad" que, reconoce, parece rodearla: "Lo que en otras personas es digno de admiración, en mí siempre ha sido un reproche". "Si lo dice Bárbara Rey o es mentira, o se lo está inventando o no tiene la menor importancia. Ni siquiera mis malos tratos parecen tener ninguna importancia para los defensores de las maltratadas", reivindica duranta la charla. Lo peor, no obstante, para ella, ha sido no tener el "apoyo" de sus compañeras de profesión. "Que muchas se habrán visto muchas en situaciones parecidas", apunta.
Los hombres que la han querido "menos de lo que a una le gustaría"
Su matrimonio con Cristo ocupa varios capítulos en la parte central de un libro, que repasa, una por una, sus historias amorosas, aunque en la rueda de prensa de presentación del mismo aseguró que al menos una, con un hombre muy conocido pero ya fallecido, ha preferido dejarla fuera. Bárbara, que admite en la dedicatoria que los que la quieren de verdad han sido "menos de los que a una le gustaría", narra en detalle noviazgos y aventuras, incluidas las que más han estado de actualidad en los últimos meses debido al conflicto con su hijo, Ángel Cristo Jr., tras revelar este informaciones y material gráfico de las relaciones sentimentales de su madre con el rey Juan Carlos o Frank Francés.
Rey reconoce estar "harta" de tener que hablar del emérito, pero admite al mismo tiempo guardar buen recuerdo de una relación que se prolongó, de forma intermitente, durante varias décadas, y que narra en detalle en las memorias: desde sus constantes llamadas telefónicas a sus encuentros primero en La Angorrilla, la que fuera casa de caza del dictador Francisco Franco y, finalmente, en el domicilio de la vedete, de los que vimos por fin imágenes hace unos meses, paella y arrumacos mediante. "Yo siempre le he cuidado muy bien, y cuando ha venido a casa le he puesto la mejor comida, el mejor vino, todo lo mejor. Él a mí no", admite entre risas, confesando que siempre ha "disfrutado mucho" haciéndole la vida más agradable a los demás.
Una vida buscando la felicidad y huyendo de la insatisfacción
Siete décadas y media de vida en las que ha intentado hacer feliz, dice, al público y a los demás, pero en las que también ha cometido errores (lamenta repetidamente haber grabado al exmonarca), en las que admite no haber tenido suerte en el amor, y en las que se reivindica como madre y artista frente a quienes la atacan. Siete décadas y media en las que se han combinado Marita, María y Bárbara y en las que se ha dedicado a perseguir la felicidad "en los hombres, en el trabajo, en los hijos y hasta en las ruletas de los casinos" para llenar un "agujero negro de insatisfacción". Siete décadas y media en las que, pese a tener que, en ocasiones, "disfrazarse de vasallo" y vivir "encerrada en una jaula de cristal", no ha dejado de buscar la libertad que ya ansiaba aquella niña que desafiaba las reglas en su colegio de Totana.