La complicada adolescencia de Arón Piper: malas compañías, drogas y depresión a los 17 años

Arón Piper debutó en la interpretación con 14 años y a los 15 protagonizó su primera película, '15 años y un día', de Gracia Querejeta
Arón Piper padece discalculia, un trastorno relacionado con los números: así es su día a día
Comenzó en el mundo de la interpretación con tan solo 14 años y en 2013, con 15, protagonizó su primer largometraje de la mano de la directora 'Gracia Querejeta', que lo eligió como protagonista de '15 años y un día'. Arón Piper pasó en los sets de rodaje los años claves de su adolescencia, una etapa importancia vital en la formación de la personalidad de una persona marcada por intensos cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales y en la que los jóvenes exploran y definen su identidad, desarrollan su pensamiento crítico y establecen su autonomía.
Fue precisamente en ese momento, en el que los jóvenes son más vulnerables, cuando Piper pasó los peores años de su vida. Entró en una oscura espiral en la que le costaba diferenciar entre lo bueno y lo malo, tomó malas decisiones y no era capaz de controlarse. Una etapa marcada por las malas compañías, las drogas y la ansiedad. "A los 15 decidí que no iba a ser más actor. Justo estaba en mi etapa de fumar mucho e ir con mala actitud y con malas compañías", contó años después en una sincera entrevista que concedió a la revista 'GQ'.

A los 17 se sumió en una profunda depresión
La situación de Arón Piper era crítica. El consumo de drogas y unas amistades que no eran las más adecuadas, le llevaron a sufrir una crisis de identidad que le llevó a una depresión con tan solo 17 años. Fue su etapa más oscura. Recibió ayuda, se refugió en la música y sus padres se convirtieron en su mayor apoyo. Le costó salir adelante, pero lo consiguió.
Sus padres, además de ayudarle a superar su depresión, fueron clave en su carrera. A pesar de la difícil situación que estaba viviendo su hijo no le dejaron tirar la toalla y abandonar su deseo de convertirse en actor. "Estuve a punto de abandonarlo y me dijeron: 'Te vas a Madrid, luchas por lo tuyo y, si no, te quedas fuera", relató ya convertido en una estrella gracias a 'Élite', que también catapultó a la fama a Miguel Bernardeau y Ester Expósito.
Cuando llegó a Madrid empezó a sufrir ansiedad
Sin embargo, los años posteriores tampoco fueron sencillos. Tras superar su depresión y empujado por su progenitores, se mudó a Madrid para perseguir su sueño y convertirse en actor. Después de hacer sus primeros pinitos en la interpretación, retomó su carrera con la intención de hacerse un hueco, pero no fue fácil. En la capital vivió momentos también muy complicados y la fama que cosechó con 'Élite' no le ayudó.
Aunque a nivel profesional todo iba viento en popa, a nivel personal Arón Piper no vivió sus mejores momentos. "Mis primeros años en Madrid fueron horribles, venía de una depresión y de una crisis de identidad. Venía de ser un chico duro, un malote... Creía que yo era así. Luego vine a Madrid y, con esa crisis personal, me invadió́ la ansiedad por todos lados", relató en la citada entrevista.
Cosas tan sencillas como ir en metro se convirtieron en un auténtico reto para Piper. "No era capaz de subirme en el metro, por ejemplo, tenía que bajar. Lo pasé́ fatal", relató el actor, que, en medio de la vorágine por el éxito mundial de Élite, tuvo que espabilar y aprender a convivir con la fama, entender el éxito y saber hasta dónde podía llegar para tomar el control de tu vida "Todo tiene un aprendizaje. Mi fama ha sido muy extrema. También te obliga a aprender rápido los códigos, lo que debes hacer y lo que no puedes hacer. Te tienes que controlar con ciertas cosas. Aunque a mí me ha tocado aprender rápido, todavía tengo claro que soy como un famoso muy poco famoso", comentó el actor tiempo después sobre la etapa más complicada de su vida.
Esa ansiedad le asfixió durante un tiempo, pero unos compañeros de su padre, que es montador de cine y televisión, le ayudaron a relativizar su éxito. "Les pregunté '¿Qué coño hago? Me da pánico la fama, pero me encanta actuar'. No sabía por dónde ir. Me dijeron: 'Si lo que amas es estar aquí, entonces la fama tiene que pasar a ser algo secundario'". Una respuesta que le cambió radicalmente y que le sirvió para afrontar de forma diferente su popularidad.
El confinamiento le cambió su perspectiva de la fama y el éxito
Convertido en uno de los actores jóvenes de más proyección de nuestro país, llegó el confinamiento y Piper se instaló en Luarca, el pueblo asturiano donde creció. Allí, alejado de la fama y en un momento en el que la vida parecía transcurrir mucho más despacio, su padre y él tuvieron una importante charla que le cambió. "Cuando hice Élite empecé a ganar dinero y pude comprar ciertas cosas que ahora no valoro tanto. Durante el confinamiento tuve una charla muy larga con mi padre andando por los acantilados cerca de mi pueblo. Hablamos de la importancia de no perder el valor ni el respeto al dinero", confesó en la citada entrevista. Una conversación que le marcó y que sigue recordando varios años después y que le permiten mirar desde otra perspectiva sus años más complicados y entender de forma diferente la fama.