El lado más personal de Airyn, la hija trans de Robert De Niro: de su madre Toukie Smith a su hermano Julian
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Hace unos meses, Robert De Niro era premiado en el Festival de Cannes por toda su trayectoria, una carrera en el mundo de la interpretación de la que se siente muy orgulloso, casi un orgullo tan grande como el que siente por todos y cada uno de sus hijos. A lo largo de su vida, el actor ha sido padre siete veces, de cuatro relaciones distintas.
Siempre que ha tenido ocasión se ha mostrado feliz de poder compartir detalles de sus hijos, apoyándoles cuando lo han necesitado. Alzó su voz en pro de la inclusión y el apoyo a niños con necesidades especiales tras hacerse público que su hijo Elliot había sido diagnosticado de autismo, pero también ha dado su apoyo a su hija Airyn, quien hace poco confirmaba que este era su nombre oficial tras declararse trans y confirmar que en 2024 había empezado su transición.
Después de que Airyn declarara ser una mujer trans y compartiera con el mundo parte de su historia, su padre no dudó en confirmar que sus sentimientos no habían cambiado: “Ahora amo y apoyo a Airyn como mi hija. No sé qué problema hay”, fueron las palabras del actor para la revista People. “Amo a todos mis hijos”.
Airyn, la hija trans de Robert De Niro: su madre Toukie Smith y su hermano Julian
Airyn y Julian nacían el 20 de octubre de 1995, fruto de la relación de Robert De Niro con la actriz Toukie Smith, una relación llena de idas y venidas que se alargó más de una década. Ellos quisieron que sus hijos crecieran al margen de la fama, que tuvieran una infancia lo más normal posible y lo consiguieron, tanto es así que, mientras que Julian sí que ha tenido una mayor visibilidad, e incluso ha participado en alguna película, de Airyn se sabía poco o nada.
Ella misma ha querido cambiar esto, una vez que ha dado el paso y ha comenzado su transición, ha querido dar visibilidad a su proceso y su propia existencia, siendo ella quien cuente su propia historia. Ahora tiene 29 años y ha aprendido a quererse, pero no ha sido un proceso sencillo porque tuvo una infancia un poco complicada, marcada por la dismorfia corporal, pero también por la mirada de los demás.
“De pequeña, siempre me decían que tenía demasiado o muy poco de algo: demasiado grande, no lo suficientemente delgada. No lo suficientemente negra, no lo suficientemente blanca. Demasiado femenina, no lo suficientemente masculina”.
Con el tiempo eso ha cambiado y ahora que está preparada para cumplir sus sueños de ser modelo y actriz por méritos propios y no por ser hija de quien es, ha querido que la conozcan un poco mejor por sí misma y no por sus apellidos. “Quisiera ser una inspiración para al menos otra persona como yo, negra, queer, que no use una talla extrapequeña; quisiera ver más mujeres trans, más mujeres negras que quizás tengan un cuerpo más grande o que no encajen en el molde de superdelgadas”.