Coco lo está pasando fatal. Todavía no ha recibido la llamada de Felipe, el perro de Álex de la Iglesia, y está teniendo una auténtica crisis existencial. Que si está vieja, que si quiere hacerse un lifting, que si ha perdido su sex appeal...Vamos, que está a base de dos ansiolíticos diarios. Yo ya no sé si llamar a César Millán o pedir hora en 'La Caja Deluxe'. La pobre no está asumiendo nada bien que ya no es una cachorra y se pone de los nervios cuando ve en los anuncios de papel higiénico a esos perros con las pieles brillantes y los hocicos sin arrugas.
Y es que el tiempo pasa para todos igual. Bueno, para todos menos para Demi Moore que parece haber hecho un pacto con el diablo o con el mejor cirujano plástico de Manhattan. Por eso no me extraña que su novio Ashton Kutcher esté tan enamorado de ella pese a sus 16 años de diferencia. El amor no tiene edad, claro que no, la edad la tenemos nosotros.
La pareja más tuitera de Hollywood comparte con sus seguidores algunas escenas de su vida cotidiana y muchas de sus aficiones, entre ellas, los animales. Los dos actores han dado prueba de ello fotografiándose con perros, hamsters, pájaros, elefantes, jirafas y delfines. Cuando el amor en pareja es pleno qué fácil es compartir otro tipo de amor con los demás, incluidos los animales.
Ashton Kutcher está de enhorabuena por partida doble: primero por el buen momento sentimental por el que está pasando y en segundo lugar porque su estreno como protagonista en la serie de la CBS 'Dos hombres y medio' ha sido un auténtico éxito de audiencia y ha revolucionado las redes sociales a nivel mundial. El primer capítulo de la nueva temporada, ya sin el polémico Charlie Sheen en el papel principal, ha reunido a casi 28 millones de espectadores. Estoy seguro de que Ashton y Demi celebrarán por todo lo alto el éxito de la serie. ¿Lo compartirán con nosotros en Twitter? Tendremos que estar atentos.
PD. Felipe, llama a Coco. Si las pezuñas no te dan para pulsar las teclas del teléfono dile a Álex que te ayude. Te iba a decir que usaras la marcación por voz pero, claro, tampoco tienes voz.