Beatriz Montañez: "Durante mi encierro he llegado a estar 27 días sin ducharme"

  • La presentadora lleva cinco años aislada en una cabaña en medio del bosque donde llegó a vivir sin luz eléctrica

‘Niadela’ es su forma de explicarnos en 344 páginas cómo han sido estos últimos cinco años en los que le habíamos perdido la pista. Cuando decidió apartarse de la tele, esa que parecía habérselo dado todo, Beatriz Montañez estaba “perdidísima”. Así se lo manifestó a Àngels Barceló en su primera parada por una gira promocional en la que, a la vez que trata de vendernos su último ensayo autobiográfico, nos ha hecho entender esa decisión, para algunos marciana, de encerrarse en una cabaña en medio del bosque para conectar con el silencio.

Esta, vivir en plena naturaleza, fue su única vía de escape en un momento en el que le era imposible saber cuál era el mejor camino para continuar. Eran varias las opciones vitales que tenía sobre la mesa. Sin embargo, con la calma que dan los años, está satisfecha de haberse aislado del ruido por esa "tremenda necesidad" de recuperarse a sí misma.

En este tiempo se ha adaptado a gastar menos de 150 euros al mes, la única forma de que los ahorros que le dio la fama se estiren el mayor tiempo posible. Se alimenta de legumbres, semillas, verduras frescas y raíces, "como María Teresa de Calcuta", y llegó a estar un año viviendo sin luz eléctrica, a base de velas. Ahora, en una nueva entrevista, esta vez con su excompañera Thais Villas, ha contado que ha estado 27 días sin ducharse. "Total, como no voy a estar con nadie...", ha planteado entre risas. "Estoy salvaje, y he comprobado que es buenísimo para la piel y para el cuerpo. Tanta agua y el detergente acaban deteriorando las capas grasientas que protegen la piel".

La falta de sexo en su aislamiento, un problema para Beatriz Montañez

Cuando habla de cómo es su día a día en Niadela, Beatriz Montañez lo define como "militar". "Si no te lo tomas así puedes caer en la pereza y en la desidia", ha apuntado. Se levanta a las 7:30 horas, medita una hora y media, desayuna, lee la prensa, limpia la casa, corta leña, come y desde las 14:30 horas hasta las 23:30 horas se sienta a escribir su próxima novela.

No echa de menos tener reloj, tan solo se da el capricho de tomar café los domingos. Eso sí, lo que sí ha asumido en esta conversación con Thais Villas es que la falta de sexo y de contacto físico con otros ("soy muy sobona y aún tengo edad de, aquí a no ser que quieras hacerlo con animales no hay roce con personas") está pasando a ser un problema. "He descubierto que el chocolate es un gran sustituto, además es muy bueno para las canas, me como todos los días alrededor de media tableta", le ha recomendado.