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La cuenta atrás para la Super Bowl está a punto de llegar a su fin. El evento, que acoge la final de la liga de fútbol americano más importante del mundo, tendrá lugar el próximo domingo 11 de febrero en Las Vegas. Entre los equipos que pueden proclamarse campeones se encuentran los Baltimore Ravens y el Kansas City Chiefs, en cuya plantilla juega Travis Kelce. Su novia, Taylor Swift, recorrerá medio mundo esa misma noche solo para ver jugar a su chico.
Aunque perfectamente su nombre podría haber sido el elegido para actuar en el tan aclamado espectáculo del intermedio, que este año correrá a cargo de Usher, Taylor Swift viajará hasta Las Vegas por un motivo muy especial. Desde que comenzó el idilio entre ella y Travis Kelce, se ha dejado ver en multitud de partidos a los que ha acudido a apoyar a su pareja. Por eso, como no podía ser de otra manera, la de ‘Love Story’ estará presente el próximo domingo en la final de la Super Bowl.
Sin embargo, no supondrá un trámite nada fácil para ella y es que Swift se encuentra inmersa en su gira ‘The Eras Tour’, que comenzó el pasado marzo y se prolongará hasta diciembre de este mismo año. Es por ello que, horas antes de la final, la cantante se subirá durante cuatro noches consecutivas al escenario del estadio Tokyo Dome, en Japón.
El último de los recitales tendrá lugar el sábado 10 de febrero, hasta aproximadamente las 22 horas. Una vez finalizado, Taylor tendrá que viajar en tiempo récord hasta Estados Unidos, situado a 17 husos horarios y 12 horas de vuelo de la ubicación en la que se encontrará ella previamente.
Tal es el revuelo que ha creado su presencia en el Allegiant Stadium que incluso la embajada de Tokio ha tenido que emitir un comunicado en el que asegura que Swift podrá llegar a la hora establecida: “A pesar del vuelo y la diferencia horaria, la Embajada puede decir con confianza que si ella parte de Tokio en la noche después de su concierto, debería llegar con tiempo a Las Vegas antes de que comience la Super Bowl”.
El cansancio parece que no afectará a la intérprete que, además de volar en su jet privado, un 'Dassault Falcon' 900 valorado en 45 millones de dólares, tendría previsto pagar otros tres millones de dólares, según ‘Page Six’, para ver el partido desde un palco premium con capacidad para 32 personas.
Sin embargo, el periódico afirma que existiría una opción mucho más económica ya que dentro del estadio, se encuentran disponibles otros palcos acristalados que bajarían su precio hasta los 200.000 dólares. Aun así, la propia NFL podría ofrecer un reservado de forma gratuita a la protagonista de una historia de amor que genera un gran share, cuyos ingresos han ascendido a unos 331,5 millones de dólares.