Las españolas se embarazan menos; las famosas, más

divinity.es 28/06/2010 13:38

Suri, Sunday Rose, Apple, Maddox, Pax, Shiloh, Kingston... Nunca antes habíamos sabido tanto de los hijos de las celebrities. El baby boom del famoseo tuvo lugar hace unos años, con el nacimiento de la hija de Tom Cruise y Katie Holmes, la de Brad Pitt y Angelina Jolie y los gemelos de Jennifer López y Marc Anthony. Todas ocuparon portadas con fotografías exclusivas pagadas a millones. En aquel entonces se consolidó esa moda de escrutar al milímetro las costumbres de los hijos de los famosos, sus estilismos, sus accesorios, sus cortes de pelo. Maddox había abierto el camino.

Coincide aquella época con el boom de los prósperos negocios para niños: tiendas repijas como el Baby Deli de Carolina Adriana Herrera y compañía, donde puedes comprar desde potitos ecológicos hasta cambiadores de casi 1.000 euros. Firmas como Chloé, Gucci o Ralph Lauren comenzaron a poblar las tiendas en su versión bebé. Aparecieron los carritos con logo de marca y hasta las mochilas portabebés con las iniciales, como ésta de Gucci que lleva Elena Tablada... Los booms terminan, pero la gente sigue procreando en mayor o menor medida, así que siempre habrá público en ese mundillo. Ahora el target pasa del niño a la embarazada.

La natalidad descendió en España un 5% durante el 2009. Es la primera vez en el último decenio en que decrece la natalidad. Esta bajada se achaca a los efectos de la crisis, que afecta especialmente a la población inmigrante, un colectivo que contribuyó al aumento del número de nacimientos en los últimos años. Pero a las celebrities la contingencia de la economía mundial les importa más bien poco, y a las que, en lugar de un reloj biológico, tenemos un temporizador, también.

Paulina Rubio, Mariah Carey, Celine Dion, Stella McCartney, Kelly Preston (aunque sea John Travolta el que parezca embarazado) y en versión española Carolina Cerezuela, María José Suárez, Paz Vega y Nuria Roca lucen barriga o conato de tripa. Las que no caben en sí de embarazadas son las presentadoras del informativo de La Sexta, Cristina Villanueva, Sandra Sabatés y María Martínez, y a lo grande. ¿Es que hay ahora más embarazos? Los datos niegan esta hipótesis, luego los que hay deben de tener mayor visibilidad.

Hubo un tiempo en que mostrar barriga era algo reservado a las Demi Moore de la vida: famosas, guapas, tipazo. Claudia Schiffer, que es la última que ha posado desnuda embarazada, cumple esos requisitos, pero ahora son muchas las que sacan barriga. Atrás quedaron esos tiempos en los que las tripas se escondían tras unos enormes cortinajes que parecían las faldas de una mesa camilla o las túnicas de Amaya, la cantante de Mocedades.

Recientemente leí un artículo en el 'Finantial Times' en el que hablaban del estilismo de las embarazadas y de cómo lucir elegante cuando en tu tripa vive un personaje de tres kilos. Los ejemplos: la Schiffer y Samantha Cameron, mujer de David Cameron. El truco, aparte de utilizar un cinturón en la parte alta de la barriga para simular una mini cintura, consistía en no ocultar lo evidente, pues para ello se necesita mucha tela. Así llevaba Jessica Alba sus vestidos pegados durante el embarazo. Así paseaba por la playa Nicole Richie, igual que Carolina Cerezuela.

Pero no sólo las estupendas van mostrando atributos maternales. Paula Echevarría, mujer de David Bustamante, lució orgullosa los 21 kilos que engordó durante su embarazo, igual que Laura Ponte, Salma Hayek o la recién embarazada Paulina Rubio, a la que pillaron los del Cuore en la playa en el peor momento de un embarazo, al principio, cuando no hay ni rastro de tripa redonda, sino que parece que te has puesto morada a fabada.

Una de las más osadas en eso de sacar tripa ha sido Heidi Klum, icono sexual hasta que se quedó embarazada de Flavio Briatore y se dedicó, una vez el señor italiano pasó de ella y de la niña, a tener hijos con Seal. Hasta marcando ombligo se presentó en los Oscar. También es ella quien ha colaborado con dos firmas para diseñar ropa de embarazadas. Todo, claro, adaptado a la panza. Nicole Richie también se une a este puntero negocio. Y Elle McPherson, que adapta algunas de sus piezas de ropa interior para embarazadas y también para dar de mamar. Así que tampoco hay que ponerse ya sujetadores de anciana tetona y bragas faja para ser una embarazada de bien. Las marcas especializadas en ropa de embarazadas ganan dinero, como relata el artículo del 'Finantial Times'. Pero en el texto queda claro que cada vez son más las embarazadas que eligen ropa de marcas normales que adaptan a su estado pues no están dispuestas a cambiar su estilo, como explica la directora de Selfridges al periódico ingles.

Todo este pavoneo del embarazo y, sobre todo, del embarazo sin disfraces, ha servido para sacarlo del ámbito privado. También contribuye a esto la nueva prensa del corazón por la que nos enteramos de cada paso que da una celebrity. Sin ir más lejos, esta semana he visto por lo menos cuatro veces a Suri Cruise envuelta en su manta (no sé cómo duerme tanto esa niña), algo inconcebible hace unos años. Rastreando en google images sólo he encontrado una foto de Kate Moss embarazada (lo estuvo hace siete años). Imaginad lo que ocurriría si la modelo británica comunicara ahora que va a tener un hijo. Su embarazo sería seguido casi al minuto.

Lo primero que hay que hacer para lucir la tripa sin complejos es tenerla. Lo mismo que ahora el embarazo no se observa como una aberración estética y son más las mujeres que lo lucen y lo potencian, también son más las mujeres que ya no sacrifican su maternidad por su carrera. Resulta curioso ver juntas a tres presentadoras de informativos embarazadas. La Sexta es una cadena joven y también lo son sus trabajadoras. No obstante no es sólo la edad lo que propicia que las tres estén embarazadas. Las pequeñas conquistas de las mujeres en el mundo laboral son determinantes. En esta entrevista la presentadora del Telediario de La 1, Ana Blanco, asegura que no tiene hijos puesto que está muy ocupada. Ana Blanco nació en 1961, tiene pues 49 años y se encuentra en el límite de aquella generación que aún hubo de elegir entre familia o éxito profesional.

Así que estamos en el momento dorado para la embarazada. Marcar barrigón es tendencia, no hay por qué disfrazarse de Rappel para tener hijos y mezclar trabajo y embarazo está bien visto. Pero aún así no te dejes engañar, ese cuento de que el embarazo es idílico es un bulo que se extiende para que no se extinga la especie.

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