No pasa desapercibido el jersey de la infanta Leonor, esa pequeña rubia que si todo sigue como lo tienen previsto sería futura Reina. Ese suetercito azul marino de manga larga habla por si solo. Me explico.
Que al Rey le gusta la caza –sobran explicaciones tal y como está el panorama- y que la Reina es una animalista y vegetariana convencida es de sobra conocido. Son tan diferentes como lejana está su relación sentimental. Bien, quiero que miremos bien ese jerseicito que curiosamente han elegido los príncipes para vestir a la heredera en un día clave.
Bien es cierto que por internet circulan montajes con un elefante (símbolo republicano en EEUU), pero no son ciertos, son fakes. Maximicemos. El animal es una simple ovejita blanca con collar y lazo. ¿Qué pasa?Diréis. Normalmente las hermanas siempre van vestidas igual, extrañamente esta vez no. Esta vez la heredera del heredero defiende la naturaleza animal. ¿Es una forma de reivindicar WWF (la antigua Adena) de la que a su abuelito cazador va a salir pitando tal y como van las peticiones de firmas? O ¿es una manera de decir “yo soy como mi abuela Sofía de Grecia”? Creo que sí.
El azar en las fotos reales no existe. No han salido vestiditas igual abandonando el hospital después de visitar a Don Juan Carlos con conjuntitos de nido de abeja iguales, como hermanitas en flor. En esta OCASIÓN, la mayor, la heredera, lleva a modo de pancarta un animal en pose de corretear, feliz, alegre… “Yo no soy como mi abuelo”, parece decir la pequeña. “Yo soy una heredera moderna, abierta, ecologista, amante de los osos panda, apadrinadora de los burritos, cariñosa con el mundo animal”. Igual que mi abuela. No como el abuelo.
Los gestos de cariño de la Reina hacia los animales han sido innumerables. Y en esta ocasión, ante tamaño error del Rey de cacería entre millonarios tal y como está el panorama económico de los españoles a los que el monarca pide “ajustarse el cinturón”, que la pequeña Leonor lleve ese jersey es un todo un editorial.
Voy más allá. Servidor, ciudadano y periodista, maximizando todavía más el asunto, sospecho que la idea del animal ha salido de la Princesa Letizia. No hay más que ver la cara con la que abandona la clínica, todo un poema.
Màxim Huerta