"Estoy de vacaciones, estoy tranquilo, estoy feliz y no voy a contestar a ninguna tontería", ha declarado vía Instagram. Pero más que sus palabras, lo que más ha llamado la atención son sus gestos y su cara de enfado ante tanta rumorología sobre su situación actual.
Toda esta corriente de críticas comenzó con una inquietante vídeo en el que el propio Bosé felicitaba el año nuevo a sus fans. "Para todos, un espléndido 2019. Que venga lo mejor de lo mejor. Gracias por este espléndido 2018. Os quiero", les dedicaba. Pero nadie habló de su mensaje. Todos se preguntaban por su cambio físico. Y fueron tantos los comentarios al respecto que Miguel se vio obligado a eliminar el vídeo de su timeline.
Aunque en su última foto dice estar "arrancando el año en el paraíso", los últimos 365 días no han sido nada fáciles para Miguel Bosé. Su vida privada, esa que siempre ha intentado mantener alejada del foco público, ha salido a la luz a golpe de comunicado. El encargado de hacerlo fue Nacho Palau, su pareja durante más de 26 años, al anunciar su separación del cantante y abrir un enfrentamiento judicial por la custodia de los hijos que la expareja tiene en común.
"Tras la ruptura de la relación y convivencia mantenida de forma ininterrumpida con D. Miguel Bosé Dominguín durante más de 26 años, y comoquiera que han fracasado las negociaciones previas que en su evitación se han venido desarrollando, D. Ignacio Palau Medina ha encargado a este despacho profesional de las acciones judiciales necesarias para la defensa y protección de sus intereses y, fundamentalmente, los de sus hijos menores", decía el comunicado emitido por el despacho de abogados de Palau.
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