Nadie habla de otra cosa que del Delpozo de Begoña. Acostumbrados a que sea Melania la protagonista indiscutible de este tipo de posados (con permiso de Letizia), ahora ha sido la mujer de Pedro Sánchez la que ha ocupado su puesto con un vestido estampado tricolor, de corte asimétrico, de lana y sin mangas.
Los tonos no parecen casuales. Al menos si lo vemos desde un plano general. Muchos ya hablan del traje de Begoña como un guiño a la bandera de Estados Unidos (con azul, granate y blanco, aunque en colores más oscurecidos). Y si justo se coloca junto a una, la comparación no puede ser más clara.
Con respecto a Melania, todo lo contrario. Mientras Begoña Gómez ha apostado por el riesgo, la mujer de Donald Trump ha escogido un sobrio vestido total black con estiletos del mismo color. Su marido y Pedro Sánchez, por su parte, también han tirado por la formalidad, con trajes marinos. La única licencia ha estado en las corbatas, roja para Trump y morada para Sánchez.
La recepción, que ha tenido lugar en Nueva York, ha estado organizada por el presidente de Estados Unidos, que ha reunido a Pedro Sánchez y a Begoña Gómez (que después de un tiempo desaparecida ha cogido con fuerza su rol de primera dama) con otros muchos líderes con motivo de la apertura del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Esta visita ha estado enmarcada dentro del tour americano de los Sánchez, donde también les hemos podido ver junto a Justin Trudeau en un encuentro internacional en Canadá.