Raquel del Rosario lleva un tiempo integrando la espiritualidad en su vida. La cantante vive en Los Ángeles, en un entorno rodeada de naturaleza, junto a su marido, Pedro Castro, y sus dos hijos. A través de sus redes sociales comparte su día a día con sus seguidores, a quienes también les ha contado que a pesar de estar bastante aislada de la pandemia mundial que azota el país, se encuentra lejos y con pocas posibilidades de visitar a su familia, a quienes echa de menos y residen en España. Pero a través de un nuevo de preguntas y respuestas, la cantante de ‘El Sueño de Morfeo’ ha explicado qué dos motivos le hicieron que integrase la espiritualidad en su vida.
“Nací en una familia católica a la que agradezco muchos de los valores que tengo, a pesar de que no profeso ninguna religión. Digamos que comencé a mirar hacia adentro después de enfermarme y de mi primera separación. Ambos acontecimientos han sido grandes maestros”, ha contado en sus redes sociales.
La cantante tuvo que someterse a dos operaciones de cuello de útero. La primera de ellas fue en el año 2009 y la segunda en 2012, donde tuvo que meterse en quirófano para eliminar el tejido precanceroso del cuello del útero. "Esto me lo ha provocado el virus del papiloma humano, un virus que un alto porcentaje de mujeres padecemos a lo largo de nuestra vida y que muchas veces se elimina sin más, en mi caso se está resistiendo un poco”, contó tras la operación, para animar con sus palabras a que todas las mujeres se realizasen las revisiones pertinentes.
Raquel del Rosario y Fernando Alonso se casaron en 2006 en Asturias, la ciudad donde nació él. Tras cinco años de matrimonio, la pareja ponía punto y final a su relación pero han mantenido siempre una buena amistad. Prueba de ello son algunos de los mensajes que intercambian habitualmente en redes sociales cuando celebran algunos de sus cumpleaños o, como hace unos meses, cuando el piloto felicitó públicamente a uno de los hijos de la cantante. Su separación fue el segundo motivo, a parte de las dos operaciones, por el que Raquel decidió incluir la espiritualidad en su día a día.