El tenis perjudica seriamente a los peinados
Advertencia: si quieres un buen look, no aspires a hacerlo en la pista.- El US Open está demostrando que el tenis no es bueno para los peinados. Da igual ponerse una trenza, rastas o llevar el pelo suelto. Pocos se libran del efecto devastador que este deporte tiene en los looks de quienes lo practican y, desde luego, Dominika Cibulkova no es una de ellas. Ni siquiera recogiéndose el pelo consigue tener la cara despejada.El tenis perjudica seriamente a los peinados
Vuelta a la época punk.- Si una trenza no es acertada; Dominika, soltarte el pelo lo es mucho menos. Ese momento en que bajas la cabeza hacia delante y bruscamente la echas para atrás puede llegar a ser letal. Si no quieres ser un punk de los 70 o Goku cuando se transformaba en Super Sayayín, mejor será que en la cancha te recojas la melena.El tenis perjudica seriamente a los peinados
Con coleta y a lo loco.- Después de descartar la trenza y el pelo suelto, ha llegado el momento de echar por tierra la coleta. Tampoco este peinado libra a las tenistas de que su pelo se balancee como el péndulo de un reloj. La danesa Caroline Wozniacki lo sabe bien.El tenis perjudica seriamente a los peinados
Casi un pavo real.- Seguimos hablando de coletas, de la de Maria Sharapova, que con tanto movimiento de cabeza ha convertido su cabeza en la cola de un pavo real. Lástima que no tenga el pelo de colores...El tenis perjudica seriamente a los peinados
La solución no está en las rastas.- No es una mala opción, pero tampoco es la definitiva. Un peinado así te libra del concepto "melena al viento" pero te hace parecerte a Medusa, el monstruo griego que convertía a los que la miraban en piedras. Que tiemblen los que se enfrenten a Dustin Brown...El tenis perjudica seriamente a los peinados
La solución está en España.- Ahora sí. Ahora es cuando el pelo se mantiene en su sitio y el juego empieza a discurrir tranquilo. Feliciano López y Fernando Verdasco saben cómo controlar su melena y avisamos al resto: “No es tan difícil”. Basta una simple gorra o una cinta para que todo siga en su sitio.