Hace tres meses que la cantante Amy Winehouse fue hallada muerta en su casa de Candem (al norte de Londres). Su vida de excesos hecha pública, incluso durante sus conciertos, dieron paso a numerosas especulaciones, todas ellas relacionadas con las drogas. Un informe no concluyente ya apuntó a que su fallecimiento no fue debido a las drogas no ha sido hasta este miércoles cuando el análisis toxicológico solicitado por la familia ha aclarado que fue el alcohol lo que acabó con ella, apunta 'The Sun', junto a otros medios.
Su familia apoyó esta teoría desde el inicio ya que aseguró que Amy había conseguido "una recuperación fantástica" de su adicción a las drogas ilegales. Además, tres semanas antes de su fallecimiento había decidido dejar también el alcohol, según las mismas fuentes.
De ser así, la cantante de soul habría decidido encauzar su vida antes de morir pero al hacerlo de manera drástica su cuerpo no pudo soportarlo. Su padre declaró que "los médicos advirtieron que debía reducir el consumo de manera gradual".
El que fuera su prometido, Reg Traviss, declaró en la misma línea que "no bebía demasiado y que estaba limpia de drogas ilegales pero estuvo metida en el mundo de las drogas durante mucho tiempo antes de que nos conociéramos", recogió el 'Daily Mirror'.
La cantante y compositora inglesa debutó en 2003 con el álbum 'Frank'. Su segundo trabajo 'Back to Black' logró cinco Grammys (de seis nominaciones).
Conocida por su vida de excesos, su propio sello discográfico 'Universal' apostó a que su muerte era debida a una sobredosis, a medida que se aclara lo ocurrido todo apunta a que su intento por comenzar una nueva vida fue lo que acabó con ella.