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La crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus ha visto muy afectada la economía de los distintos países. Muchos empresarios han tenido que recurrir a las ayudas económicas del gobierno, tras haber visto sus negocios cerrados durante muchos días. Victoria Beckham recurría a esta ayuda del estado británico para salvar su firma de ropa y, debido a las duras críticas que ha recibido, la antigua integrante de las Spice Girl se ha visto obligada a cambiar su decisión.
30 empleados son los que trabajan con ella en su firma de ropa. Debido a este confinamiento, la mujer de David Beckham solicitó una ayuda para que el sueldo de sus trabajadores estuviese en un 80% cubierto por parte del gobierno y un 20% por el fondo de su propia empresa, lo que es conocido como un erte.
Pero esta decisión provocó muchas críticas públicas. Piers Morgan hablaba de ello en su programa, acusando a la diseñadora de ser una “niña mimada”. Además, que el príncipe Carlos de Inglaterra financiase el suelo de los 200 empleados de su fundación sin necesidad de ayudas, incitó aún más las críticas contra Victoria. Y, por si fuese poco, muchos medios se hacían eco de que el matrimonio, según la revista Forbes, acumula un patrimonio que supera los 380 millones de euros.
El medio británico ‘The Sun’ publicaba que, según su entorno cercano, la diseñadora estaba “devastada” por los duros comentarios que había provocado su decisión, asegurando que se trataba de un mal consejo por parte de los encargados de la empresa.
Todos estos comentarios han provocado que la diseñadora no tardase en rectificar y cambiar de opinión. “Al principio, los accionistas llegaron a un acuerdo con la dirección para suspender a una pequeña proporción del personal. En ese momento no sabíamos cuánto iba a durar el confinamiento o qué impacto iba a tener en el negocio”, confesaba la propia Victoria en unas declaraciones a ‘The Guardian’.
Por estos motivos, la mujer del futbolista ha decidido entonces rechazar la petición de erte que había solicitado al gobierno británico y pagar el sueldo de sus treinta empleados a través de los fondos de la empresa y la ayuda de los accionistas que trabajan directamente con ella.