¿A las celebrities les gusta hacer el ridículo con Photoshop?

divinity.es 07/10/2010 11:02

Mucho se ha escrito sobre las polémicas por el uso del Photoshop en la prensa y la publicidad, pero a menudo se obvia algo crucial: tan graves son los retoques drásticos como las chapuzas que se cometen usando el programa, sobre todo cuando son vistas por millones de personas. Hacemos un repaso a los últimos desaguisados cometidos con la herramienta y reflexionamos sobre la fe ciega de muchos editores, fotógrafos y directores de arte en el retoque digital.

En Gran Bretaña se acaba de lanzar la revista Just As Beautiful, dedicada a chicas que usan tallas mucho mayores de la 36 -el canon de Vogue-. Los editores de la publicación además se comprometen a no manipular digitalmente las fotos de las modelos que aparezcan en sus páginas. Una decisión que parece inteligente, pues es obvio que hay un público que demanda revistas de belleza que no parezcan comics de Marvel.

Al fin y al cabo si la empresa de cosmética Body Shop logró triunfar ofreciendo productos con ingredientes naturales algo parecido puede pasar en el mundo de las revistas femeninas, plagadas de fotos con demasiados conservantes y colorantes. Estamos seguros de que muchas y muchos aplaudirían el retorno de cierto naturalismo a la fotografía en los kioscos.

Un blog que es la pesadilla de muchos directores de medios y agencias de publicidad es Photoshop Disasters. Si una foto que has tratado digitalmente aparece en él estás pérdido, te convertirás en el hazmerreir de medio mundo. Y es que muchos periodistas lo visitan a diario para ver como muchas empresas meten la pata con el programa de retoque fotográfico.

Justamente eso es lo que las ha pasado a los de la firma de cosmética Shiseido, pues una chapuza mayúscula cometida durante el retoque de las imágenes de una campaña ha sido difundida en él. Los artículos con mofas sobre la metedura de pata -entiéndase la expresión como algo literal y no como una metáfora- abundan por Google News. ¿Merece la pena usar el programa si de vez en cuando suceden cosas así?

Ya hablamos en su momento del veto que denunció la actriz ganadora de un Oscar Gabourey Sidibe para aparecer en en las dos cabeceras estrella de Conde Nasta: Vogue y Vanity Fair. En Elle ha tenido su oportunidad y por fin podemos verla en primera plana en una revista femenina. El problema es que ha tenido que pagar peaje.

Su piel oscura se ha convertido en dorada gracias a Photoshop en la publicación. Un asunto del que hablaba hace poco nuestro compañero Guillermo Alonso. Al igual que sucedía en el caso de la portada protagonizada por la modelo de talla XXL Tara Lynn en Elle no se han resistido a manipular los píxeles de las tomas originales de Gabourey Sidibe, por lo que la actriz no parece que ha sido acogida con tanta naturalidad como nos venden. Vamos, que para eso la chica se podía haber ahorrado el posado.

No es la primera vez que se filtran tomas de Madonna realizadas para una campaña publicitaria antes de pasar por el laboratorio digital. En la presenta ocasión ha sucedido con una serie de imágenes en las que la ‘ambición rubia’ ha posado para Dolce & Gabbana -ya hablamos en su momento del tema-. Que la cosa se repita una y otra vez lleva a pensar que hay gato encerrado. ¿Será la propia cantante la que filtra las fotos? Hay razones para suponerlo.

Teniendo en cuenta que la cantante está estupenda con más de medio siglo a sus espaldas esas fotos bien podrían ser una forma de sacar pecho con orgullo. Y es que aunque Madonna es de las que salen con gafas de sol para que los paparazzi no la cacen sin maquillar, últimamente la hemos visto con frecuencia sin ellas en el rodaje de su primera película como directora. ¿Estará harta de esconder sus 52 años?

Los parámetros de belleza que para una firma de alta costura o una agencia de publicidad pueden ser buenos no tiene porque ser los mismos con los que comulga el famoso de turno, sobre todo si tiene una genética afortunada. Ese también es el caso de Gwyneth Paltrow, a la que vimos hace no demasiado lucir con gran naturalidad su belleza en la película Two Lovers.

Un ejemplo que está en las antípodas de lo que sucede con Jessica Alba en Machete, la última película de Robert Rodríguez. En ella la actriz ha sido literalmente desnudada en la posproducción digital, por lo que las curvas con la que la vemos en el cine son completamente falsas.

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