Las tres claves de Kate Moss para seducir a las cámaras

Ramón Peco 19/03/2011 17:19

Pocos personajes representan tan bien como Kate Moss el ying y el yang de la industria de la moda y el espectáculo. Endiosada por unos y enviada a los infiernos por otros la modelo nos demuestra una y otra vez que no sabemos vivir sin ella. Hace poco nos quedábamos boquiabiertos al verla desfilar provocadora con un cigarrillo en la mano y ataviada de dominatrix. Aunque en esa ocasión también los hubo que prefirieron burlarse de su celulitis.

Tras 20 años apareciendo en las portadas de las revistas Kate parece que está de vuelta de los dardos envenenados que le lanzan. Su pacto con el diablo no tiene tanto que ver tanto con el estado de sus nalgas como con el hecho de que sigue siendo una seductora nata. Veamos tres de los secretos de Kate para seguir seduciéndonos a punto de cumplir los 40.

Dior mostraba hace pocos días un vídeo que calentaba nuestras pantallas más que los reactores de Fukushima. Realizado por el director de videoclips Jonas Åkerlund en él se mezclan sofisticadas imágenes de estudio en color con otras monocromáticas de estilo documental en las que la musa aparece acosada por los paparazzi.

Aunque en algunos de los fotogramas se ha abusado del efecto de difuminado para rejuvenecerla lo cierto es que Kate demuestra que aunque su culo ya no es de acero sabe como nadie seducir a una cámara. Algo en lo que juega un papel clave la magnética mirada felina con la que tiene hipnotizado a medio mundo.

El secreto de la juventud de Kate quizá sea que sigue teniendo ese aire despreocupado de chica londinense que jamás ha pisado una pasarela. Su sonrisa sigue manteniendo la misma frescura que hace décadas. Desde luego ayuda el ser una de las modelos mejor pagadas del mundo, pero también saber que su oficio tiene mucho de circo.

Parece mentira que esa chica a la que los hombres miran con picardía paseando por la capital inglesa sea la misma que ha protagonizado 30 portadas para la revista Vogue. Al fin y al cabo no debe ser fácil dejar el disfraz en casa, algo completamente indispensable para desplegar una de las mejores herramientas de seducción: el sentido del humor.

Ese aire despreocupado es el que parece hacerla inmune a los ataques de la desquiciada prensa amarilla británica, que no pierde ocasión de intentar derribar la imagen que proyecta en las pasarelas. Daily Mail, uno de los tabloides más salvajes de los kioskos ingleses, presentaba estos días un fotomontaje para ridiculizarla. En él comparaban su trasero con el de cuatro compatriotas suyas que no han ganado ni una sola libra en las pasarelas.

A diferencia de lo que sucede con otras famosas Kate parece soportar bastante bien esa clase de cosas. Su resistencia ante el acoso de los medios es legendaria, como demuestra el conocido vídeo de la persecución a la que la sometieron los insoportables paparazzis de Los Angeles.

En definitiva, que la diva es capaz de dar una de cal y otra de arena. Sabe ser tan irresistible en un estudio de fotografía como despreocupada cuando le apuntan 30 cámaras por la calle. Ese estado de equilibrio sólo se consigue siendo una profesional que comprende que su día a día no es otra cosa que una carrera de fondo.

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