Cuando se trata de asistir a una boda, cada detalle cuenta, y las uñas no son una excepción. Una buena manicura no solo complementa tu atuendo, sino que también aporta un toque extra de sofisticación y estilo. En un evento tan especial como una boda, donde cada invitado busca lucir impecable, las uñas pueden convertirse en ese pequeño detalle que marca la diferencia.
Ya sea que prefieras un diseño discreto y minimalista o algo más llamativo y creativo, elegir la manicura adecuada puede elevar por completo tu look. Además, con tantas opciones y tendencias disponibles, es posible encontrar una que se adapte perfectamente a tu estilo, al dress code del evento y a la estación del año.
Para conocer la opinión de dos expertas por un lado, hablamos con Paloma Herce, consultora de moda especializada en invitadas y bodas. “Como experta en invitadas, generalmente quedan mejor las uñas más clásicas de colores más sencillos. Francesa, en algún color como el rojo o el burdeos, que son más fáciles de combinar. Pero sí que es cierto que en verano vemos manicuras un poco más coloridas, aunque en el caso de serlo tendrían que ser uñas más cortitas, no tan largas, para que no resulten demasiado excesivas”.
Por otro lado, Judit García, de Mani Cure, plataforma líder en España en manicuras a domicilio, nos comentan que “las uñas más elegantes para invitadas suelen ser las más clásicas como en el caso de los rojos, los burdeos, los granates, o incluso en rosa palo y el ‘Mocha Mousse’ que es el color Pantone de 2025. Cuanto más sencillas, mejor, porque así le damos más protagonismo a lo que llevamos. Al final los colores clásicos siempre son los más elegantes, y si queremos arriesgar un poco más y lucir algo más original, pero en la misma línea, podemos optar por tonalidades como por ejemplo el morado o un color negro en manicuras cortas, especialmente en invierno”.
Judit explica que también son muy apropiados los nude. Donde tenemos dos variantes. “Encontramos los que son más sobrios, donde llevan más matiz beige. Y por otro, las que van a rosita. Igualmente, se trata de colores neutros que siempre van a ser un acierto en las bodas y van a quedar bien con el vestido que lleves, sea del color que sea”.
Apunta además que “los rojos en todas sus variantes, dependiendo del año y del vestido sí que condicionan bastante. Cuando estamos más en otoño e invierno, podemos tirar más hacia los rojos vinos (granates o borgoñas) mientras que en primavera-verano se llevan más los más vivos. Si queremos apostar por colores de temporada, en bodas de otoño-invierno abogaría por los negros o berenjena, muy oscuros.”
Termina aclarando que, en verano, depende mucho del estilismo, pero hay colores como los frambuesas oscuros o buganvilla, que también pueden quedar bastante bien en primavera. Pero los que no fallan nunca serían los ‘nude’ en todas sus variantes”.
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