Ni 'milki', ni 'glazed nails': las uñas 'bocadito de nata' serán la manicura favorita del verano

Si creciste en los noventa, sabes exactamente a qué me refiero cuando hablo de los bocaditos de nata de Cuétara. Esas galletas con forma de sándwich, mitad chocolate suave, mitad vainilla cremosa, con un relleno blanco que sabía a gloria bendita. No habia (no habrá) ninguna galleta igual ni mejor. La Oreo de antes de que la Oreo fuera famosa. Y aunque hoy están extintas del supermercado (para tristeza de muchos, que incluso han abierto petición en Change.org para que regresen), su estética ha vuelto, pero esta vez… en forma de manicura natural.

Sí, has leído bien. Este verano, hemos probado algo diferente y nos hemos lanzado con el color de uñas 'bocadito de nata' (por ese color blanco cálido de su relleno). Y no exagero cuando digo que ha sido un flechazo instantáneo: desde la primera vez que me lo vieron, no han parado de decirme lo elegantes que se ven.

Siempre he llevado las uñas rojas. Ese rojo tirando a granate, atemporal, casi parte de mi personalidad. El clásico que nunca falla. Pero hace unas semanas, sin pensarlo demasiado, me dio por cambiar. Tal vez fue el calor, las ganas de algo más suave o pura curiosidad, pero el caso es que salí del salón con un color nuevo en las uñas. “Son demasiado discretas para ti”, me soltó una amiga de broma (pero entre broma y broma…). Pero luego añadió: “aunque no te lo tomes a mal… son el 'old money' hecho manicura”. Y no puedo estar más de acuerdo.

Una manicura que combina con todo

El tono bocadito de nata no es ni blanco ni nude, ni marrón ni beige. Es una mezcla de todos ellos: una especie de blanco con subtono cálido, como leche con galletas, que da una sensación de limpieza y calma al instante. Pero no es aburrido, al contrario. Tiene matices. Es de esos colores que cuanto más los miras, más te gustan.

Combina con todo, desde vaqueros hasta vestidos negros, queda impecable tanto en uñas cortas como en almendradas. Si buscas ese toque discreto con mucha clase, lo has encontrado.

A diferencia de las 'milky nails' (esas uñas blancas y traslúcidas tan virales en Instagram y TikTok), esta versión aporta más calidez, más matices. Es como si el tono leche se hubiera tostado ligeramente al sol de junio. Lo puedes llevar en acabado brillante o con un top coat satinado para hacerlo aún más cremoso.

Y aunque la manicura parece sencilla a primera vista, lo cierto es que tiene una elegancia en la que se lee entre líneas el lujo silencioso. Es el tipo de color que no llama la atención de forma escandalosa, pero cuando alguien se fija… no puede dejar de mirarlo. Es sofisticado, es limpio, y tiene ese algo nostálgico que nos conecta con el verano de los polos de chocolate blanco y las meriendas en casa de las abuelas con un Cola Cao fresquito en la Baticao y un paquete de bocaditos de nata. Benditas aquellas tardes de verano.

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