El ayuno intermitente está de moda. Cada vez son más las vips que se suman a ello y publican en sus redes sociales los beneficios que les genera que su cuerpo descanse de ingerir alimentos durante 16 horas al día. La última ha sido Tania Llasera. La presentadora, en su último post, confesaba que había perdido 10 kilos tras seguir esta dieta durante 70 días, algo que ha llamado mucho la atención de sus seguidores. Pero, ¿es realmente saludable?
“Siempre me veo bien, pero estaba algo incomoda ya y no me cabía casi nada de mi armario”, ha explicado la presentadora como el punto que la ayudó a iniciar esta práctica hace ya 70 días. Estar bien, equilibrar su cuerpo con su mente y alinearse con su salud son solo algunos de los objetivos que se plateaba Tania cuando comenzó el ayuno intermitente y ahora, tras haber perdido 10 kilos, asegura estar “llena de ideas, de energía, me siento ligera y estoy feliz de estar cómoda en mi piel”.
Lo cierto es que no es la única vip que ha optado por esta dieta. Elsa Pataky, en unos de sus últimos viajes a España poco antes del confinamiento, presentaba ‘Strong’, un libro en el que desvelaba sus trucos de belleza y salud. El ayuno intermitente copaba un gran protagonismo en su rutina diaria. Jennifer Aniston o Reese Witherspoon también se consideran fans de esta práctica.
Desde divinity.es nos pusimos en contacto con la Dra. Ana Zugasti, vocal de comunicación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que nos explicaba que “es importante remarcar que el ayuno no puede considerarse una dieta, puesto que implica restringir alimentos durante un tiempo determinado, mientras que el concepto de dieta alude a la ingesta habitual de alimentos y bebidas”. El ayuno 16:8 consiste en ayudar durante 16 horas, aprovechando las de sueño, y alimentarse durante las ocho siguientes. Esta practica disminuye la ingesta habitual y es lo que provoca que “sea tan efectivo y seguro como una dieta de restricción calórica equivalente”. La Dra también asegura que falta una evidencia y resultados a largo plazo “para plantear este tipo de plan dietético de forma extensiva”.
Lo cierto es que el ayuno durante esas horas también puede provocar “dolores de cabeza, mareos, dificultades para mantener la concentración, la alteración de otras enfermedades o de la absorción de medicamentos”. Ana Zugasti explica que hay que tener en cuenta que ‘dejar de comer’ no educa para aprender a comer y mantener una dieta saludable y en algunas personas vulnerables podría desencadenar un trastorno de conducta alimentaria. “Las personas que tiene problemas de colesterol, presión sanguínea, diabetes o cardiopatías, o las mujeres embarazadas o en lactancia, niños y adolescentes, ancianos y personas con trastornos de conducta alimentaria deberían siempre consultar con un especialista antes de adoptar una dieta de ayuno intermitente”.