La manteca de karité, el 'oro' de los cosméticos: cinco propiedades de este producto para el cuidado de la piel

Desde hace unos años, cada vez es más normal utilizar productos naturales para cuidar nuestro cuerpo. Así, la manteca de karité se ha convertido en uno de los ingredientes más adecuados para proteger bien, sobre todo, la zona de la cara. La manteca, que también se ha denominado ‘oro africano’, es reconocida en el mundo de la cosmética por sus bondadosas propiedades. Pero, ¿cuál es su origen?

La manteca de karité proviene de la famosa semilla del árbol de karité de las sabanas arbóreas del oeste de África y posee grandes propiedades hidratantes y cien por cien naturales, tanto es así que se ha convertido en el ingrediente favorito para las cremas corporales, lociones, aceites y aguas de colonia en la industria de la cosmética. La palabra ‘karité’ significa ‘árbol de mantequilla’, debido a que su textura se asemeja mucho a esta crema de nata. Además, es considerada por la población aborigen como el más preciado árbol sagrado y por eso, se le denomina ‘oro africano’.

Desde hace muchos años, la manteca de karité ha sustituido a distintas cremas y cosméticos, debido a sus grandes propiedades curativas. Además, al ser tan hidratante puede ser muy útil para hidratar los labios, restaurar la piel reseca en manos o codos o ayudando a reparar las puntas abiertas o evitando el rizado espontáneo del cabello. Aunque eso sí, las propiedades más valoradas de la manteca de karité son su poder anti-envejecimiento y, también, sus propiedades restauradoras para la cicatrización de la piel.

Como ya hemos comentado, la manteca de karité tendrá grandes propiedades. Por ejemplo, tendrá un gran poder de hidratación y nutrición, que mejorará la elasticidad de la piel, a la vez que reparará y regenerará la zona gracias a su alto contenido en vitamina F. Además, se trata de un gran agente curativo y eficaz contra quemaduras y cicatrices, debido a sus vitaminas A, D, E y F.

La manteca destaca por sus propiedades antiinflamatorias, que alivian el dolor debido a la artritis y al reumatismo. De la misma forma, puede actuar como descongestionante nasal si lo aplicamos en la parte inferior de la nariz y vendrá muy bien para los días en los que estamos más congestionados.

También, se convertirá en un gran aliado durante el embarazo y la lactancia. La manteca de karité previene la aparición de posibles estrías y la formación de grietas en el pecho, debido a los cambios naturales que se producen en el cuerpo.

Este producto es un gran protector: nos protege del sol y nos previene contra posibles quemaduras solares, ya que recubre la piel con una película invisible. Además, también protegerá contra el frío y será muy efectiva para evitar la sequedad o la humedad en las manos y en los labios.

La manteca de karité se recomienda siempre a deportistas, ya que aporta un extra de elasticidad en la piel. También, se aconsejará dar un breve masaje, tanto antes como después del ejercicio, para que los músculos recuperen de una forma más rápida y se eliminen todas las toxinas del cuerpo.

Para aplicar la manteca, lo primero que tendrás que hacer será coger una pequeña porción y calentarla con tus manos con unos movimientos circulares, hasta que esta se derrita y se quede totalmente líquida. Cuando la pequeña porción de manteca pierda toda su estructura firme y esté completamente líquida será el momento más adecuado para aplicarla sobre la piel o el cabello. Lo más recomendable será que utilices porciones pequeñas, ya que este ingrediente dará mucho de sí y no necesitarás usar demasiado para disfrutar de sus beneficios.

Además, la manteca de karité puede usarse a cualquier edad y, también, por cualquier tipo de persona. Aunque eso sí, por norma general, se suele recomendar a pieles con signos de envejecimiento y a partir de los 30 años para evitar las líneas de expresión por la edad.