· Indicios que ayudan a detectarlo
"Afecta tanto a hombres como mujeres y suele tener su inicio en la adolescencia, a menudo en personas excesivamente preocupadas por su aspecto físico", señala la doctora Pinilla. Entre los indicios a raíz de los cuales se empieza a detectar: "Compararse excesivamente con los demás e invertir mucho tiempo comprobando una y otra vez su defecto o intentando disimularlo. Evitan relacionarse por temor a ser ridiculizados, apreciándose un deterioro de su vida personal, social y laboral, y a menudo se asocian síntomas depresivos severos, ansiedad, aislamiento o fobia social o incluso ideación o intentos de suicidio. Tener esas conductas de evitación social y sentir vergüenza por algún aspecto concreto de su imagen sin que se aprecie defecto o deformidad objetiva que lo justifique. También es posible que recurran a ilimitadas maniobras encaminadas a disimular o reparar ese 'defecto', ya sea mediante la cosmética, milagros dietéticos o incluso la cirugía estética, que nunca le dejarán conforme".
· ¿Qué hacer si creo que yo mismo/a u otra persona de mi entorno lo padece?
Reconocer este trastorno es en ocasiones difícil y sus síntomas suelen persistir o incluso empeorar si no se recibe el tratamiento adecuado. Por ello es importante que se recurra a un especialista en salud mental para realizar un correcto abordaje del problema y evitar su agravamiento.
Combatirlo desde la cabeza y no desde el quirófano
"La terapia psicológica permitirá abordar los problemas que subyacen en este trastorno y mejorar de forma global", explica la psiquiatra y psicóloga Pinilla. Y si un profesional especializado lo considera y prescribe, recurrir a los fármacos: "Algunos, como los antidepresivos, que actúan sobre la serotonina, han demostrado su eficacia, ya sea en monoterapia o combinados con ansiolíticos o antipsicóticos en algunos casos. Debe desaconsejarse el tratamiento quirúrgico ya que lejos de acabar con el problema, pronto se activará una nueva percepción distorsionada que reactive la ansiedad incluso con mayor intensidad", subraya.
¿Puede superarse de manera definitiva?
En general se trata de un trastorno con tendencia a la cronicidad, es decir, a mantenerse en mayor o menor grado de por vida, pero es frecuente la mejoría de la mayoría de los pacientes cuando se recibe el tratamiento adecuado pudiendo llegar a conseguirse una vida funcional y plena.