Depresión estacional: así son las lámparas “terapéuticas” que te pueden ayudar a combatirla

  • La depresión estacional es una realidad que ocurre y afecta a un porcentaje de la población y todo relacionado con la falta de luz

  • Lo bueno es que la depresión estacional tiene fácil solución, entre otras cosas, gracias a estas lámparas de luz blanca artificial

Sentirnos tristes, solas y apáticas desde que ha llegado el frío no es casualidad. No es que estemos pasando una mala racha, sino que podríamos estar sufriendo lo que se conoce Trastorno Afectivo Estacional, SAD (en inglés) o también comúnmente como depresión estacional porque se presenta como una especie de depresión que termina siendo transitoria. Y es que tiene solución. En concreto, una de ellas, las lámparas de luminoterapia.

Esta especie depresión, como apuntan desde Melio, plataforma online de análisis de sangre que ofrece contenido personalizado, que cuenta con un equipo médico profesional, ocurre por la disminución de la luz solar que ocurre cuando llega el otoño y mucho más el invierno. Esta afecta al organismo con la alteración del ritmo circadiano, la disminución en la secreción de neurotransmisores y la bajada del nivel de vitamina D.

¿Por qué estas alteraciones son importantes?

El ritmo circadiano, como señalan los expertos de Melio, “controla las funciones fisiológicas y mentales que dependen del día y la noche como los estados de sueño y vigilia, la temperatura corporal y la secreción de hormonas. Este sistema está regulado principalmente por la luz que llega a la retina y envía la información al cerebro. La falta de luz estimula la síntesis de melatonina, una hormona que induce el sueño, mientras que la luz (en concreto la longitud de onda azul) produce la liberación de cortisol que despierta y activa el metabolismo, entre otras funciones”, es decir, “se cree que la disminución de las horas de luz durante el invierno provoca alteraciones en el ritmo circadiano y contribuye al cambio en los estados de ánimo.”

En cuanto a la disminución en la secreción de neurotransmisores, esto ocurre porque “la luz solar afecta la concentración de alguna de estas moléculas presentes en el sistema nervioso y que regulan gran cantidad de procesos fisiológicos. Se ha observado que los niveles de serotonina son menores durante el invierno, lo que se encuentra vinculado al desarrollo de depresión y trastornos de ansiedad. Otros neurotransmisores como la noradrenalina o la dopamina también podrían estar implicados”, indican.

El último de los factores alterados sería la vitamina D. Esta se produce por la luz natural, por lo que cuando hay menos luz, directamente se produce una disminución. “Aunque no está demostrado que niveles de vitamina D bajos produzcan depresión, si que se ha visto que las personas con depresión tienen niveles de vitamina D más bajos, por lo que podría estar implicada. Además, la vitamina D juega un papel importante en los procesos de producción de serotonina y dopamina, así como en la regulación de los ritmos circadianos”, explican.

La solución: lámparas de luminoterapia

Hablamos de "especie de depresión" porque es transitoria y además tiene una solución más o menos fácil. El equipo médico de Melio recomienda mantener medidas de higiene del sueño, realizar ejercicio físico, seguir una dieta equilibrada y darle tiempo a nuestra vida social como solución. Otra de estas soluciones, como avanzábamos, son las lámparas de luminoterapia.

Se trata de unas lámparas que emiten una luz blanca, que imita la luz natural, así consigue que se segreguen los neurotransmisores necesarios y que los niveles de vitamina D se mantengan (a no ser que otro sea el problema por el que los niveles de esta no están regulados), además también ayudan a regular los ritmos circadianos, y todo gracias a la luz blanca.

La luminoterapia no es algo que debamos hacer de forma continuada, sino más bien por sesiones. Se debe realizar cada mañana, en las primeras horas nada más levantarnos, de las temporadas otoño e invierno. Normalmente con aproximadamente media hora de exposición será suficiente, aunque todo dependerá del tipo de lámpara y donde la coloquemos.

Colocaremos la lámpara frente a nosotras, a una distancia de entre 40 o 60 centímetros según apuntan los fabricantes de este tipo de lámparas. Puedes hacer cualquier otro tipo de actividad mientras estás expuesta a la luz, pero esta debe darnos en la cara y ojos aunque nunca directamente para evitar destellos y problemas oculares.

Por eso también la luminoterapia, aunque es completamente segura puesto que no daña la piel como sí ocurre con la luz natural solar, por los rayos UVA y las quemaduras y manchas que producen, no se recomienda si se tiene demasiado sensibilidad en los ojos a la luz, etc, aunque lo mejor será consultar con nuestro médico en caso, por ejemplo, de migrañas, por si no es el mejor método o solución para nosotras, pudiendo optar por las otras que recomendaba el equipo médico de Melio.

Ahora bien, si estamos decididas a probar suerte con las lámparas de luminoterapia, una de las opciones es esta de Xpassion, con dos colores de luz, uno blanco y otro azul, y con cuatro sesiones de 15 a 60 minutos. Está disponible en Amazon por 45,99 euros.

Otra de las opciones puede ser esta de Klarstein de bajo consumo, con sesión de 30 minutos, tres posiciones y portátil. Está disponible por 59,99 euros.

Una tercera alternativa es esta de Medisana, de color blanco y con dos niveles individuales de intensidad ajustables. Cuesta 74,84 euros.