Algo nerviosa, con la voz entrecortada y con evidente malestar. Así se encontraba Madame de Rosa al narrar la campaña de acoso de la que ha sido víctima a raíz de una foto en la que posaba con un vestido asimétrico que dejaba gran parte de su torso al descubierto. Con ella, la influencer buscaba reivindicar que su cuerpo "es real", con sus (im)perfecciones. Lo que jamás esperó era recibir un aluvión de comentarios "brutales" sobre su físico que ha optado por denunciar en un Instagram TV que puedes ver dándole al play a la apertura de esta noticia.
Frases como "me produces grima", "no puedo verla", "no es necesario mostrarse así" o "tu delgadez es extrema" son solo una muestra de los miles de mensajes que Ángela Rozas, su nombre real, ha tenido que leer en las últimas 24 horas. Y su respuesta ha sido firme: "Yo llevo toda la vida siendo delgada, desde que nací. De hecho de pequeña me daban batidos de proteínas para ver si engordaba. Y también llevo toda la vida aguantando a gente que, por el hecho de que estés delgada, se creen en el derecho de decirte que lo estás".
Muy afectada por que esto se siga repitiendo, sin poder contener las lágrimas, Madame de Rosa ha optado por mostrarlo para dar fe de la "gravedad" de este tipo de declaraciones, por mucha libertad de expresión que exista en Instagram. "Si fuera al revés, que yo fuese a una persona que está gorda y le dijese 'qué horror de cuerpo, saco de lorzas', sería horrible (...). ¿Por qué con una persona delgada sí sucede?", ha planteado.
Su hartazgo va en la línea de que, por tener un cuerpo delgado, le critiquen por definirlo como "real" y le acribillen a juicios de valor por una cuestión estética. "Estas tetas pequeñas dieron de mamar durante seis meses a mi hijo", ha manifestado orgullosa. Pero si algo le ha hecho clic y le ha animado a grabar este vídeo es el hecho de que ciertas personas le acusen de incentivar posibles trastornos alimenticios en sus seguidoras, que ya se acercan en número a los 700 mil.
"¿Os dais cuenta de lo grave que es que me digan que tengo que tapar mi cuerpo porque provoco?", se ha preguntado. Para Ángela, lo que ha sucedido con su última publicación es "bullying". Y también un linchamiento hacia su rol como madre por parte de otras madres que aseguran que está haciendo daño a sus hijas con su cuerpo. "Yo también lo soy, me estáis ofendiendo como madre, como mujer, como ser humano, por ser como soy", les ha respondido.
Su intención, además de dar las gracias a las otras tantas personas que pusieron cordura en esta polémica, era que esto se viralizase y que no se vuelvan a repetir conductas como esta. Y reto conseguido: ya son más de un millón de personas las que han empatizado con su testimonio. ¿Lograrán este tipo de 'bastas' por parte de los influencers acabar con la toxicidad que reina en Instagram?