Los seis errores de maquillaje que debes evitar al aplicarte la base

La base de maquillaje es la mejor aliada para conseguir una tez uniforme, radiante y sin imperfecciones. Es el producto de maquillaje que no puede faltar en nuestro neceser, y al mismo tiempo el que más problemas puede darnos. Aunque en un principio no hay ningún misterio en cómo se utiliza, hay errores de maquillaje que debes evitar al aplicarte de base. Si no lo haces, todo lo que pretendías disimular, quedará más evidenciado que nunca, y eso no es lo que queremos. Nuestro objetivo es que te veas divina cada vez que te maquilles, y para conseguirlo tienes que dejar estos errores atrás hoy mismo. 

No acertar con tu tono

Si tu base de maquillaje no es del tono que tu piel necesitas, da igual lo que hagas. Por eso este primer punto es esencial. Lo llevarás escuchando toda la vida, pero lo cierto es que a veces dar con el tono adecuado de maquillaje es tan difícil como averiguar la talla correcta de sujetador. Para empezar, no busques un tono que sea más oscuro ni más claro que tu piel, y compruébalo aplicando una pequeña cantidad en la línea de la mandíbula y difuminando para ver cómo queda en el rostro y el cuello. Puedes poner hasta 3 tonos de maquillaje al mismo tiempo y ver cuál es más natural.

No cuidar la piel

Las cosas como son, no hay base de maquillaje que vaya a disimular una piel que no esté bien cuidada. Ser constante en la limpieza, hidratación y exfoliación es esencial para que la piel luzca impecable. Si piensas que el maquillaje no te sienta tan bien como te gustaría, es probable que tengas que revisar tus rutinas de cuidado facial: incorporar algún sérum, usar una mascarilla una vez por semana y, por supuesto, no acostarte nunca sin desmaquillarte. 

Usar la misma base durante todo el año

Lo más esperable es que el tono de tu piel varíe a lo largo del año, y esté más bronceada en verano que en invierno. Y eso nos lleva directamente a la casilla de salida, es decir, al primer error: no acertar con tu tono. Tampoco hace falta que te vuelvas loca comprando bases diferentes, pero sí tener dos que puedas combinar según la época del año. Además, es posible que en verano prefieras una textura más ligera para no sobrecargar la piel con las altas temperaturas.

Saltarte la hidratante 

Además de formar parte de tus cuidados faciales diarios, es conveniente que antes de maquillarte apliques una crema hidratante en el rostro. Si no lo haces la piel no estará jugosa, por muy buena que sea la base. Lo esperable es que se marquen más las imperfecciones y que la piel termine con ese efecto cuarteado que tanto nos desagrada. Y si quieres que el maquillaje permanezca inalterable durante horas y conseguir un efecto alisador en la piel, no puede faltar un primer en tu neceser (y usarlo antes de la base).

Pasarte con la cantidad de base

Más vale añadir que quitar cuando de maquillaje se trata. Poner más base de la necesaria contribuye a crear un efecto mascara que te sumará años irremediablemente. Así que ve poco a poca, hasta que des con la cantidad de base que necesitas. Eso sí, si lo que buscas en un acabado cubriente, lo mejor es que busques una base que cumpla con esa condición, en lugar de añadir capas y capas de producto. 

No difuminar

Que termines con un corte de maquillaje entre el rostro y el cuello es uno de los grandes errores que debes evitar a toda costa. Si has evitado todos los anteriores, este será pan comido. Lo ideal es que te ayudes de una esponjita o pincel para bases y extiendas el maquillaje hasta la parte inferior del cuello, buscando que el resultado sea homogéneo.