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Las canas están más de moda que nunca. Fue la reina Letizia quien apareció, en uno de sus últimos eventos, con varios mechones blancos repartidos por toda su melena. Un símbolo más de que no teñirse no te echará años encima ni hará que tengas una imagen más descuidada. Sino todo lo contrario; irás a la moda. Eso sí, habrá distintas formas de llevar estas canas; como lo hizo la reina o de una forma mucho más discreta, como es el smokey hair, que tanto está de moda. Este se ha convertido en la nueva tendencia, en cuanto a tonalidad de pelo, que podemos encontrarnos.
Se trata de una nueva moda que consiste en realizar unas mechas balayage en el pelo con distintos destellos plateados y unas puntas grises. El efecto debe ser un pelo de color humo para que conserve esas raíces oscuras y unas puntas más grisáceas. Eso sí, para que luzcan con más movimiento, lo más recomendable será ondular bien el cabello, de medios a extremos. Por tanto, su objetivo es neutralizar aquellos tonos anaranjados, en los que suele derivar el pelo aclarado con el paso del tiempo.
Este tipo de color se moverá entre una paleta de colores fríos y se utilizarán colores opuestos para neutralizar aquellos tonos más oxidados. Para conseguir este efecto degradado que tanto caracteriza al ahumado habrá que conseguir pasar de un color más oscuro a otro más claro de una manera más progresiva. Además, también se buscará crear profundidad y volumen. Se trata de un contraste entre unas raíces con un efecto de profundidad y tonos más opacos que se difuminan de forma gradual hacia las puntas con un efecto transparente y brillante.
Eso sí, hay que tener claro que no se trata de un gran contraste, como sucede con las mechas californianas, sino que se busca que se note esa transición. La clave del smokey hair será que se utilicen dos o tres colores. El primer color y el más oscuro se aplica en la raíz del cabello para dejar aquel tono más claro en las puntas. En el caso de utilizar tres colores, lo mejor será aplicar uno a modo de transición entre la raíz y las puntas para crear un acabado más degradado. Además, este tipo de coloración puede hacerse en distintos tonos, como pueden ser los intensos violetas o los rubios rosados y, también, en otros colores más habituales como el beige, el rubio arena o una amplia variedad de castaños.
El smokey hair será apropiado para cualquier tipo de cabellos, tanto para aquellos más oscuros como para los castaños, los pelirrojos o los rubios. Su única finalidad es la de crear distintas tonalidades evitando las roturas bruscas de color. Por eso, será muy importante dejar la base natural y trabajar solamente con los largos. Así, será el efecto perfecto para crear movimiento en cabellos largos y medios-largos, rizados o lisos. También, el degradado propio del smokey hair ayuda a estilizar las líneas de una cara redonda y armonizar aquellos bordes de las personas que tienen las facciones o la cara más cuadradas.
Para mantener el color será muy importante lavarse el cabello con un champú específico para cabellos teñidos. Además, también se aconsejará el uso de mascarilla específica para cabellos teñidos y un aceite para las puntas, ya que ambos productos serán esenciales para conservar mucho mejor el color y la suavidad del cabello. No habrá que olvidar, además, evitar la exposición excesiva al sol que hace que el color del pelo cambie y que lo vuelva opaco y seco. En el caso de que hayas elegido un color en tonos cenizas o gris, lo mejor será que te compres un champú anti-amarillo.
El smokey hair siempre se recomienda que lo realice un profesional, aunque también se podrá llevar a cabo en casa. Para ello, tendrás que seguir tres sencillos pasos. Lo primero que habrá que hacer será depositar una gran cantidad de producto en los primeros 10 centímetros para lograr una buena opacidad y una intensidad de color máximo. Luego, habrá que aplicar otro segundo tono en esa zona 2 y será muy importante difuminar frotando la unión de los dos tonos. Por último, habrá que repetir la misma aplicación en la zona 3 y volver a difuminar en la transición.