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Las manicuras no descansan. Cada vez son más las uñas originales con las que se nos sorprende, especialmente a través de Instagram. El último descubrimiento de la red social no ha sido otro que las uñas de terciopelo o ‘velvet nails’.
Como su nombre parece indicar, son uñas de efecto aterciopelado, sí, pero no literalmente. No se trata de una decoración de uñas con este tipo de pelito, sino crear el efecto del terciopelo mediante un brillo especial con el contraste de la luz.
Ese brillo que protagoniza el trampantojo es lo que las ha llevado a convertirse en la nueva tendencia de Instagram, y es que no hay vez que no hagamos 'scroll' que no nos encontremos con una de estas manicuras. De hecho, se han vuelto tan famosas que ya hasta las más vip de la red social, como Chiara Ferragni, las han llevado y hasta han sido las primeras en defenderlas.
Y el éxito de esta decoración de uñas ahora a finales de año no ha hecho más que crecer, porque son, oficialmente, las uñas de Navidad. Y no es de extrañar porque es la época del terciopelo por excelencia. Así que, si no sabemos cómo introducirlo en nuestro estilismo, ya lo podemos llevar en las uñas. Además son realmente fáciles de conseguir.
Si antes estas uñas se conseguían con un polvo aterciopelado, ahora el resultado puede lograrse directamente con un esmalte de uñas con brillo, de tal forma que cuando se van aplicando las distintas capas la purpurina se va mezclando entre ella, creando diferentes intensidades de brillo, que actúan sobre una base de color, creando ese efecto aterciopelado gracias a la incidencia de la luz.
En esta misma línea encontramos los esmaltes metalizados, pero estos deben llevar el granulado de la purpurina para conseguir el efecto terciopelo, sino, el resultado será un efecto metálico.
Otra de las formas para hacerlas es pintar una base de un color llamativo, es decir, que no pase mucho desapercibido y después aplicar otra laca de uñas con purpurina en tonos plata u otra en tonos dorados, mezclándolos para que se cree esa sensación de movimiento que da lugar al terciopelo. Esta capa debe ser densa pero también dejar ligeramente que se vea el color que hay debajo, que saldrá a relucir con el movimiento.
En definitiva, es todo una cuestión de ilusión óptica cuando hay luz. Pero esto no es lo único que hay que saber para llevar las uñas de terciopelo. Y es que estas también se basan en algunas claves a seguir para ser lucidas, la primera de ellas, si quieres algo natural, no son para ti.
La forma en la que más veremos las uñas de terciopelo es en versión monocolor. Es decir, lo que harán las uñas de terciopelo será elevar la manicura que llevemos hecha por debajo. Llevamos diciendo desde hace varias temporadas que las uñas sencillas, pintadas de un solo color son cosa del pasado, pero ahora se hacen necesarias para hacerse complejas y originales.
Por su parte, los colores suelen ser luminosos y frescos para impulsar aún más y mejorar el efecto del brillo.
Pero estas uñas de terciopelo también viven de colores potentes como el negro o el burdeos, fuertes y oscuros, y es que crean un gran contraste al mezclarse con la purpurina. Eso sí, hay que tener cuidado de que el glitter no quede demasiado apelmazado o que el fondo se vea demasiado, ya que se arruinará el resultado.
Sobre todo quedan genial en negro o plomo con glitter plateado, dando brillo y una nueva personalidad a esos colores.
En el otro lado de la balanza, aunque se tiende a elegir colores brillantes y con personalidad, también se encuentran otros que son más discretos. Nunca nudes pero si tono achampanados o perlados, que también aportan brillo por sí mismos, es decir, no son nada apagados. Llevar las uñas terciopelo en estos tonos aportará elegancia y sofisticación y permitirá que esta tendencia se adapte incluso a los escenarios más elevados y a los eventos más formales.
A pesar de que se llevan de un solo color, el mismo en cada uña y en ambas manos de forma general, la manicura ahora es un universo en el que todo vale así que, puedes ceñirte a la norma de colores lisos, es decir sin dibujos ni estampados propios del ‘nail art’ pero se puede añadir un toque extra de personalidad (porque esta manicura ya la derrocha por sí sola) alternando una uña de cada tono. Así además se le dará más dinamismo y color a las manos.
Por último, parece algo sin importancia, pero la forma de las uñas influye mucho en el resultado de la manicura en cuestión que estemos diseñando. Para que las uñas de terciopelo consigan ese efecto y brillen según la incidencia de la luz, estas no deben ser muy largas y al limarlas debemos procurar hacerlas redondeadas para que las curvas ayuden a la luz a conseguir el efecto de terciopelo. Quizás, si fueran más cuadradas, este efecto no saldría tan bien o habría que emplearse más con los esmaltes para lograrlo.
Por su parte, esta manicura se basa en las uñas permanentes, aprovechando que hay que aplicar un 'top coat' final para fijar el resultado y se aplican demasiadas capas de esmalte. Además, el brillo debe permanecer intacto para que la luz siga creando el efecto de terciopelo. Así también será más fácil cubrir la uña al completo.