Vicky Martín Berrocal reivindica las curvas y la critican: "Las fotos se tienen que publicar sin Photoshop"

Hace ya un tiempo que se convirtió en una experta en hacer alegatos body positive. Tras toda una vida "a dieta", como ella siempre repite, hubo un día en el que Vicky Martín Berrocal decidió utilizar el altavoz que le dan las redes sociales para reivindicar los cuerpos no normativos, celebrar la curva y contraatacar a los haters, muy afines a criticar el físico ajeno. Pero en esta ocasión ha abierto un debate sobre su forma de romper con la tiranía de lo 'perfecto'.

En su post no topamos con una instantánea no muy natural. Ladeada, con bañador de terciopelo y tonos tierra, al borde de una piscina y con la mirada en dirección al infinito. Una fotografía que, según muchos de sus seguidores, no cuadra para nada con el texto que la acompaña. En él parafrasea unas palabras de la bailarina y coreógrafa Martha Graham que dicen lo siguiente: "El cuerpo es una prenda sagrada, es lo que llevas cuando entras y sales de la vida, por lo tanto debemos de tratarlo con honor".

A continuación, ya de cosecha propia, la diseñadora denuncia el hecho de que las mujeres sean juzgadas "por el cuerpo, por el aspecto y por la edad". De ahí que se niegue a esa arcaica distinción entre "gordas y delgadas". "Dejemos eso ya y elogiemos el cuerpo femenino, sea el que sea", termina.

Han sido muchos los que han aplaudido esta queja pública. "Qué de horas tenéis algunos para escribir inspirados en la envidia. Amiga, ni caso, estás cañón", le ha escrito su íntima Marta Sánchez, conscientes del body shaming que sufre Vicky Martín Berrocal cada vez que comparte una publicación de este tipo.

Otros, con educación, han apoyado este texto, con una salvedad importante. "Es importantísimo el mensaje que lanzas, pero sería mucho mejor mostraros tal y como sois, así haríamos las demás lo mismo, o por lo menos nos llegaría mucho más el mensaje. ¡Ojo! Y pienso que estás fantástica sin necesidad de filtros", le recomendaba una usuaria anónima, a la que han seguido otras que defienden que "las fotos se tienen que publicar sin Photoshop".

Antes que Vicky Martín Berrocal estuvo su hija, la influencer Alba Díaz. Su carrera en las redes sociales le ha hecho acostumbrarse a este tipo de críticas hacia su cuerpo. Hasta que un día se cansó y lanzó un mensaje tajante en contra de los físicos que muchos consideran 'perfectos'. “Yo tengo estrías, tengo algo de celulitis como todos, no peso tres kilos”, abanderó, apostando por lo especial que es ser "diferente", asumiendo sus inseguridades y recordando que “lo importante es estar sanos y salvos”, más en tiempos como este.