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Por mucho que mimes tu cabello, es muy posible que en ocasiones lo notes estropeado y sin brillo, además de apreciar cómo disminuye su cantidad con el paso del tiempo. Las causas pueden encontrarse en diferentes factores, como el estrés, los cambios hormonales, la genética o el uso de productos capilares inadecuados. Una mala alimentación puede ser también la causante del mal aspecto de nuestro cabello, ya que este necesita una serie de nutrientes para asegurar su buena salud. El cabello está compuesto principalmente de una proteína llamada queratina (80%), y de minerales como el cobre o el magnesio, y necesita que estos nutrientes le lleguen a través de la alimentación. Es cierto que también podemos utilizar determinados productos capilares que los contengan o tomar complementos multivitamínicos, pero mantener una dieta sana y equilibrada es la forma más sencilla y eficaz de cuidar de nuestro cabello al mismo tiempo que del resto del cuerpo.
Vitamina C: Esta vitamina es un poderoso antioxidante fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, y en lo referente al cabello, estimula la circulación sanguínea del cuero cabelludo, favoreciendo el crecimiento del pelo y ayudando a evitar su caída. Además, favorece la formación de colágeno, una proteínanecesario para la piel y el cabello, que también ayuda a la correcta absorción del hierro, fundamental para la salud capilar.
Vitaminas del grupo B: sobre todo la vitamina B3, esencial para que el cuero cabelludo se nutra, lo que ayuda al crecimiento del cabello. Sin ella el cabello se quiebra con facilidad y pierde su brillo. También es muy importante la vitamina B7 o biotina para producir ácidos grasos que alimenten los folículos pilosos y el cabello se fortalezca. La biotina es una de las vitaminas que más se consumen en forma de suplemento vitamínico o también mediante champús que la contienen y actúan directamente sobre el cabello.
Vitamina D: ayuda a frenar la caída del cabello y a mantener su buen aspecto. También favorece la asimilación del calcio, un mineral fundamental para mantener la buena salud de los folículos capilares.
Vitamina A: al igual que la vitamina C es un potente antioxidante que hace que el pelo brille, y se vea fuerte y con una buena textura.
Vitamina E: el pelo para crecer necesita que la sangre que llega al cuero cabelludo esté oxigenada y circule correctamente, algo que se puede conseguir con esta vitamina.
Huevos: son ricos en biotina, que es vital para producir queratina, la proteína esencial del cabello. Además, no pueden faltar en nuestra alimentación porque son ricos en vitaminas A y D, ácidos grasos y proteínas.
Verduras: son la base de una alimentación saludable, y sus beneficios también se notan en el cabello, ya que ayudan a mejorar la circulación sanguínea y la oxigenación del cuero cabelludo, evitando su caída. Entre las verduras que destacamos para la salud del cabello se encuentran las espinacas, ricas en vitaminas A y C, además de hierro y calcio, y ayudan a que el cabello permanezca hidratado de manera natural. Las crucíferas, como el brócoli, las coles o la coliflor resultan imprescindibles para producir colágeno, y contienen azufre, que mantiene fuertes las uñas y el cabello.
Carnes magras: Tanto la carne roja de ternera como las carnes blancas de pollo, pavo o conejo son una buenísima fuente de proteínas completas, imprescindibles para que el cabello se regenere y crezca adecuadamente. No olvidemos que el cabello está compuesto al 80% de proteína y necesita los aminoácidos que le aporta este tipo de carne para seguir produciendo la suya de manera adecuada.
Frutas: ya hemos dicho que el cabello necesita vitamina C para frenar el daño oxidativo y producir colágeno que evite la pérdida de cabello. Los cítricos, como la naranja, el limón o el kiwi son perfectos para conseguirlo.
Pescado azul: es otro de los que no debe faltar en nuestra dieta. El salmón, las sardinas o la caballa son fuente de proteínas, hierro y vitamina B12, ricos en omega 3, que tiene efecto antiinflamatorio y ayuda a conseguir un pelo brillante. También aportan vitamina D, que al parecer promueve el crecimiento de los folículos del cuero cabelludo..
Marisco: un capricho gastronómico rico en zinc, cuya carencia ralentiza el crecimiento del cabello. También contiene vitamina B12, que evita la caída del cabello y la sequedad.
Frutos secos: con un puñado de frutos secos al día podremos ayudar a que el cabello luzca más denso y brillante, gracias a que contienen vitaminas del grupo B y E, que tienen efecto antioxidante. También contienen selenio, sin el cual el cabello se debilita.
Del mismo modo que existen alimentos que nos ayudan a mantener un cabello fuerte y sano, hay otros que perjudican su salud y aspecto. Nos referimos a los alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares y grasas, que no son recomendables ni para el cabello ni para nuestro organismo en general. También es recomendable evitar el exceso de alimentos fritos y de bebidas gaseosas y azucaradas.