Ana Isabel Medinabeitia, la tímida banquera que sedujo a Iker Casillas y conquistó a Gonzalo Miró

divinity.es 12/11/2012 19:24

Es muy posible que a ella le importe bien poco y que incluso esté riéndose en su casa, pero no son pocas las publicaciones que la comparan con Sara Carbonero, la periodista que está con su ex, Iker Casillas, y esa situación no debería ser cómoda para nadie. La revista QMD la calificó directamente como una de las ‘Carboneras”. Según esta publicación respondía a un canon que está marcando Sara: “larga melena, elegante estilo sport, maquillaje natural y novios estrellas”.

Pero habría que pensar quién lleva el estilo de quién. Porque el look tan comentado de Sara este verano de shorts y botas ha sido la vestimenta habitual, hasta la saciedad, de Ana Isabel. Porque Ana Isabel está pendiente de la moda hasta el detalle más insignificante. Lo dijo el propio Gonzalo Miró en una entrevista. Mientras que él es un adicto al fútbol, la pasión de su novia es la moda: “Es una fanática de la moda, en los cuartos de final de la Eurocopa, durante el primer tiempo ella estuvo de compras”.

Sabido es que Ana Isabel es extremeña. Ya se encargaron los medios de subrayarlo cuando empezó su romance con Iker Casillas. A falta de otro adjetivo más contundente, titulaban que el portero del Madrid estaba colgado de “una extremeña”. Luego el subtítulo ya abundaba en que era empleada de banca en Madrid. Y así es. Ana Isabel se dedica al marketing financiero en el Foreign Exchange del Grupo Santander y es natural de Navalmoral de la Mata, un pueblo de Cáceres, donde sus padres regentan una tienda de muebles muy conocida en la zona. Es la mediana de una familia de tres hermanos. Estudió Ciencias Económicas en las universidades de Salamanca y Madrid.

Desde el punto de vista de Casillas, Ana Isabel fue el clavo que sacó al ‘otro clavo’ de Eva González, ex miss España. Un romance de tres años con numerosos altibajos. Nuestra protagonista supuso el punto y final de esa relación y empezó fuerte, le presentó a sus padres al portero del Madrid. Sin embargo, la relación no se sabe si empezó con mal pie, pero Iker ya había intercambiado miradas con una joven periodista, la mujer más sexy de España, Sara Carbonero, en un torneo futbolístico. Así lo comentó Beatriz Cortázar en ABC.

La ruptura fue “silenciosa”, siguió Cortázar en su crónica sobre la relación. No era dada Ana Isabel a los famosos. Aparte de Iker, Cote Villar reveló en La Otra Crónica de El Mundo que también tuvo “un escarceo” con el defensa Raúl Bravo, también madridista. Pero ella siguió insistiendo. Cerca de su trabajo, en Somosaguas, está el restaurante Urrechu. A este local acuden numerosos futbolistas y, por lo tanto, también muchos periodistas deportivos.

Ahí tuvo el flechazo con Gonzalo. Un amor que rompió moldes. Por primera vez, el hijo de la directora de cine Pilar Miró e ahijado del ex presidente del Gobierno Felipe González, salía con una chica menor que él. Le lleva dos años, mientras que antes estuvo con Amaia Montero, que le sacaba cinco, Natalia Verbeke, seis, y Eugenia Martínez, nada menos que trece.

Desgraciadamente, en cuanto Ana Isabel se metió en romances con figuras públicas, la primera víctima fue su cuenta de Twitter. Sólo ha dado, por ahora, una entrevista y fue para decir lo feliz que estaba con Iker durante su fugaz relación. Mala experiencia para una chica cuyos amigos califican de “simpática, pero tímida”.

Con Gonzalo la relación, no obstante, se ha ido desarrollando flash a flash. Que estaban juntos se vio confirmado tras un romántico viaje a París. Aquello fueron instantáneas furtivas, de paparazzi tras la esquina. Nada que ver con las últimas, el photocall del estreno de Skyfall, hace unos días, donde ella se encontraba sonriente, apabullante en un vestido marrón con retazos negros. Ya hecha al molde de las celebrities y todo el ‘mambo’ que suponen los eventos.

La metamorfosis definitiva se debió producir en Ibiza. Este verano tuvieron unas vacaciones en plan ‘de tranquis’. Buscando calitas agradables, descansando, disfrutando de la naturaleza, dándose unos garbeos en moto acuática, como contó el propio Gonzalo. Y fueron taladrados literalmente por los paparazzi y las revistas, alucinadas sobre todo por el tipazo de Ana Isabel. Su robado en biquini seguro que el verano que viene se cotiza el doble. Y de eso, ella sabe un rato, que por algo se dedica al marketing.

Así que ahora tocan photocalls, entregas de premios, estrenos y tragarse el calendario balompédico con su novio, que él ha dicho que ella no es apasionada de este deporte, pero que se traga los partidos con él. Todo ello deseando, como dijo Ana Isabel en una entrevista, que las revistas sólo saquen las fotos en las que sale guapa. Es difícil equivocarse, Ana.