Adele, mitad mártir, mitad diosa; su biografía llega en pleno embarazo

Álvaro González 17/07/2012 09:46

Ha dicho que odia el mundo de las estrellas del pop, también el de los negocios de la música, se atreve hasta a odiar los grandes escenarios de los festivales, pero el mundo está rendido a sus pies como lo está con las estrellas del pop más rutilantes, las que venden, como ella, por millones, y que triunfan ante grandes audiencias en directo. La ambigüedad de Adele ¿será calculada?

Fumadora, glotona y de esas estrellas que intentan no ser esclavas de los mass media que obtienen, paradójicamente, el fenómeno inverso: la cámara se enamora de ellas, así como la audiencia. Adele, en cualquier caso, no ha necesitado excesos ni numeritos para atraer la atención del público. Lo hizo canción a canción, enamorando orejas. No en vano, su segundo álbum debutó en el primer puesto de las listas británicas y estadounidenses. Pero el star system tiene lo que tiene, es como es, y lo que marca su andadura ahora mismo es el recuerdo de su padre alcohólico, que la abandonó a ella y a su madre, su embarazo y las fajas con las que ha tratado de ocultarlo ¿habrá dañado a su bebé? y si come mucho, poco, si no le importa estar gorda, si lo sufre en silencio... Ahora una biografía 'sin secretos', Adele 'The Biography', promete satisfacer todas estas incógnitas tan poco musicales... pero tan, tan pop.

Apareció en una escena musical dominada por Amy Winehouse. Así fue precisamente anunciada una joven que se había limitado a colgar una maqueta en myspace, como la nueva Amy. La búsqueda de una solista blanca que pudiera alcanzar los registros de la malograda Winehouse y gozar del favor del público sirvió para dejar un reguero importante de artistas "Next big thing". Adele fue una de ellas, pero no flor de un día.

Porque ella, si se permite abusar más del inglés, no fue la típica 'one hit wonder'. En la BBC una votación de 150 críticos la eligió como el nuevo gran talento musical de las islas. Pronto llegó el Grammy tras el disco que llevaba su número de años en ese momento, 19, y el segundo, 21, es el 60 más vendido de la historia. También en los Grammy de este año arrasó con 6 galardones. Son varios sus singles premiados.

¿Pero por qué? ¿Sólo por el soul? Hay algo más. Todas sus letras están basadas en experiencias reales, o eso cuenta su entorno. Están dedicadas a las personas que se han cruzado en su vida, para bien o para mal. Por ejemplo, su archipremiada 'Someone like you' está dedicada a un ex novio que contrae matrimonio. ‘Hometown Glory’ y ‘Daydreamer’ versan sobre otra pareja que no tiene muy clara su sexualidad y le parte el alma. Ha llegado a llorar en directo.

Hasta en alguna ocasión, los miembros de su grupo han mostrado su preocupación en los medios por el hecho de cómo le pueda afectar revivir una y otra vez estas experiencias recitándolas en sus canciones. Un sin vivir un tanto exagerado, pero quizá el magnetismo que desprende venga de lo palpable que es cómo vive la música. Pero lo cierto es que, en la biografía que acaba de publicar Marc Shapiro, lo que queda patente es que Adele de lo que ha abusado es del alcohol. Y que por eso, se le han llegado a olvidar esas letras biográficas. Vamos, como a cualquier amigo de la embriaguez que ya no recuerda media vida. Todo una pescadilla que se muerde la cola. Según el libro, bebía para soportar los desengaños amorosos.

No obstante, ahora toca otra etapa vital. Cositas buenas. La cantante, según el diario Sun, está grabando nanas y poniéndoselas a su bebé. Todo en este episodio está perfectamente sazonado con los ingredientes necesarios para que el público enloquezca por la información. Su estado se ha hecho ha salido a la luz cuando ya estaba de siete meses. Su embarazo ‘público’ será bastante breve. La cantante ha estado encerrada en casa cuanto ha podido, pero también cuando ha salido, según ella misma ha revelado, ha llevado hasta cuatro fajas. El morbo está servido ¿Podría haber dañado al bebé? Para colmo, ni siquiera se sabe si su padre, un empresario de 36 años está casado o divorciado. Más hipótesis, mayores tiradas.

Y todo esto atravesado el trago de cantar dándolo todo. Tuvo que ser operada de la garganta por unos pólipos benignos, pero de nuevo hizo acto de presencia el maravilloso morbo del mundo del pop, y muchos creyeron que tal vez sería cáncer. Tan sólo fue exceso de celo. Hace unos años, el cantante de Tokio Hotel también pasó por ese trago. En España, es habitual entre las folclóricas. Incluso el mítico rumbero Bambino se fue a la tumba por un problema de garganta.

Aunque por ahora no parece que Adele sea una mártir, tan sólo una santa. Hay una madre británica que tenía a su hija en coma que asegura que tatareando a Adele su pequeña despertó del letargo ¿Hay mejor publicidad para una estrella del pop? Porque luego la cantante ha asegurado que es tan auténtica que se niega a aparecer en festivales, que odia el marketing de las grandes compañías y que se niega a estar presente a diario en los medios. ¿Para qué va a hacerlo sin los medios ya pueden generar información como sus canciones sanadoras?

Finalmente, la obra tendrá que poner los puntos sobre las íes con el tema estrella de Adele: su peso. Acostumbrados a modelos que aprenden a cantar, o lo intentan, para poder vender un disco, que una chica gruesa arrase el mercado es una buena noticia en todos los sentidos. Pero es que también hay teorías y teorías sobre la dieta de la diva. La última la públicó el Mail. Se dijo, con un supuesto amigo como fuente, que ella y Simon siguen un duro trabajo de ejercicio y una estricta dieta vegetariana para perder peso juntos.

Karl Lagerfeld la había llamado gorda en público y, aunque se disculpara, el daño ya estaba hecho. Sin embargo, en Marzo de este año Adele dijo en People Magazine que si fuera actriz y lo exigiera el guion, perdería peso, pero que para cantar, no le hacía falta. Hasta el punto de que se negaba a trabajar con quien sugiriera que debía adelgazar.

La realidad es tozuda, de todas formas. Si se comparan fotografías de Adele en 2008 y ahora queda claro que tan poco no le importa el peso. Ha adelgazado bastante. Quizá ha sucumbido a su fobia a las alfombras rojas. En Vogue explicó que ese no era su mundo, que lo rechazaba de plano. Ni siquiera el de "parecer pop", lo que ella describía como ser una "delgadita mini con las tetas fuera". Comentó que se limitaba a "cantar canciones de amor" y punto. Si es la Diosa de la mercadotecnia o una artista auténtica no está del todo claro. Eso sí, que de esa indefinición viene esta celebridad abrumadora, es un hecho. Todos queremos saber quién es realmente Adele.

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