Tener un padre político en funciones es una pesada losa se mire por donde se mire. No sólo por el descrédito que sufren los representantes públicos en estos tiempos de crisis, también porque las palabras que salen de la boca de los políticos se maximizan, aparecen siempre a siete columnas y se recuerdan para toda la vida. Ese es uno de los problemas de Patricia Mas, que cada vez que sale su nombre a la palestra, como ahora que ha anunciado su boda, la recordamos por la cena de su padre con Scarlett Johansson. Eran los días del rodaje de 'Vicky Cristina Barcelona' y el ahora president se cenó al lado de la actriz, que ha vuelto a encontrar el amor ahora por cierto. Preguntado Artur Mas por si se pondría celosa su mujer, contestó "¡Pero si tiene la edad de mi hija!"
Y en eso se quedó. La hija de Artur Mas, sí, la que tiene la edad de Scarlett Johansson.
Y no es el único ejemplo. El president también comparó hace poco su soñada independencia de Cataluña con la de sus hijos. Ocurrió en la televisión pública catalana, TV-3. Mas estaba siendo entrevistado y dijo que su primogénita se había ido a vivir con "el seu promés" (su prometido). Algunos medios se rieron de la expresión utilizada. Cómo era eso de denominar al hombre con el que se va a vivir tu hija cuando frisa la treintena "prometido", qué antiguo. Pero no. El president estaba dando la exclusiva de la boda, que se celebrará esta primavera, por cierto.
¿Otro ejemplo? También fue motivo de polémica que los hijos de Mas estudiaran en un colegio privado que aseguraba en su publicidad que garantizaba el aprendizaje y dominio de cuatro lenguas a sus alumnos: español, catalán, inglés y francés "como lenguas vehiculares". Mientras que en la enseñanza pública de la Comunidad se imponía, sostenían las críticas, sólo el catalán como lengua vehicular.
Todo esto sin haber leído una línea sobre la personalidad, forma de ser o gustos personales de Patricia Mas. No sabemos nada de ella pero ha compartido titulares con Scarlett Johansson, una de las actrices más cotizadas del mundo, aparecerá en los libros de Historia citada en el apartado de la independencia de un país y la prensa española mirará con lupa en qué lengua se expresa mejor, o más habitualmente, para criticar a su padre.
Al menos esta vida tiene sus alegrías familiares. Cuando su padre fue investido President, estuvieron presentes junto a Marta Ferrusola, mujer del ex president Jordi Puyol, como dando a entender una imagen dinástica. Estaban más serias que el propio Artur, pero cuando luego pudieron abrazarle se desató la alegría.
Pero ella tiene, por supuesto, una vida, y muy divinity. La vimos, por ejemplo, apadrinando la colección de Rosa Clará. Y allí hizo unas declaraciones a Lecturas donde demostró que se parecía a cualquiera de las lectoras de esta página. Dijo "sigo la moda a través de blogs". Cosa que probó explicando las últimas tendencias:
"Volvemos al rojo y al nude y salimos del negro, sigo la moda a través de blogs, no sólo porque me gusta sino porque el trabajo me lo exige, leo los españoles y otros internacionales como los de clara Mas y Gala González".
Su estilo, no obstate es más bien 'clasicorro', sin muchas pretensiones, aunque atenta a las novedades.
En cuanto al trabajo, actualmente se encuentra en la empresa de relaciones públicas, imagen y comunicación Interprofit. Su futuro marido, por su parte, es Rubén Torrico, abogado, fundador del bufete Lexben Advocats.
Pero esa es la Patricia adulta. Antes, cuando sólo era una veinteañera que estudiaba Publicidad, en una universidad privada, y vivía con sus padres, era hacendosa como mandan los cánones en esa familia. Por ejemplo, cuando entrevistaban a su padre en casa, ella le hacía un Netspresso Ristretto al periodista. No en vano, como dice el diario La Razón, para su padre era "la niña de sus ojos".