Prepara los tintes y el bote de lejía: ha vuelto el tie-dye

divinity.es 10/03/2019 11:51

Si viviste los años 90 con edad suficiente para coger un bote de lejía, seguro que te recuerdas destiñendo prendas para darles una nueva vida. Tie & dye se traduce literalmente por atar y teñir y consiste exactamente en atar una prenda y cambiarla de color o decolorarla, según la técnica que se utilice, en tonos degradados que se solapan unos a otros. Este año vuelve con fuerza y hoy te contamos cómo puedes hacelo en casa.

El baúl de los recuerdos

La técnica de atar y teñir fue una más de las muchas formas en que la juventud hippie de los años 60 y 70 manifestó su inconformismo social y político. En Europa y América fueron tiempos convulsos, los jóvenes salían a la calle a gritar contra la guerra, contra el sistema educativo, contra la segregación racial, por la libertad de expresión, por los derechos de la mujer, por los derechos de las minorías, por el medio ambiente y, en definitiva, por la igualdad de los derechos civiles. La ropa se convirtió en una manifestación más de protesta y el tie-dye en una manera de expresar también la individualidad.

En los años 90 se retomó esta técnica, aunque su estética estaba más influenciada por el grunge, la cultura anticonsumista, la antiglobalización y el ecologismo. Reutilizar y reducir lo que se desecha se convierten en una máxima y aquí entra el tie-dye como la manera de dar una nueva vida a prendas muy usadas y desgastadas.

En 2019 se sigue luchando por la igualdad de los derechos civiles y por la conservación del medio ambiente, así que la reaparición del tie-dye no parece nada casual. Tampoco lo es que muchos diseñadores -entre otros Stella McCartney, Collina Strada, R13, MSGM, Dior, Paul & Joe, Prabal Gurung, Marques Almeida, Proenza Schouler o Prada- coincidan en subirlo a la pasarela, que las marcas de moda pronta -entre ellas Zara, Stradivarius, Shein, Boohoo o Bershka- lo hayan incluido en sus catálogos de verano y que la calle lo haya acogido con mucho gusto.

Compra o háztelo tu

Esta clarísimo que esta temporada puedes hacerte con una prenda tie-dye, porque vas a encontrar desde camisetas o sudaderas a vestidos o faldas, pero hay otra manera de hacerte con un tie-dye y es hacértelo con tus propias manos para que sea una pieza única y diferente que exprese tu individualidad en una sociedad globalizada.

Existen dos maneras diferentes de trabajar con esta técnica: una es desteñir con lejía y la otra es aplicar tintes para teñir. En ambas es necesario atar la prenda antes de proceder al teñido o desteñido y de la manera en que lo hagas dependerá el resultado final.

Atado en espiral

Con este sistema el resultado será una coloración que comienza en el centro elegido y se irá abriendo progresivamente en forma de caracol. Para el atado en espiral hay que elegir un centro, que puede ser o no el de la prenda, se pellizca y se va envolviendo toda la pieza girándola hasta conseguir enrollarla completamente.

Atado en churro

Con esta técnica consigues una coloración en círculos concéntricos. Es necesario elegir un centro y a partir de ahí se irá atando la prenda hasta conseguir hacer con ella un churro. Lo ideal es hacer las ataduras con una cinta encerada para que las zonas atadas no tomen el color del tinte o se salven de la lejía.

Otra opción es teñir sólo partes de la prenda, para ello puedes atar la zona elegida de la manera que más te guste, e incluso combinar diferentes modos de atarla para conseguir efectos sorprendentes.

Antes de empezar

Si la técnica que vas a usar es la de teñir, hay que mojar la prenda antes de atarla y de aplicar los tintes. Si vas a usar lejía no es necesario. Utilizar unos guantes y colocar la prenda sobre una superficie plastificada te ahorrará varios disgustos.

Una vez teñida la prenda, hay que dejar “madurar” los tintes, así que habrá que guardarla en una bolsa durante unas 6 u 8 horas (o toda la noche). Luego es necesario enjuagarla en agua con sal para fijar los tintes y finalmente lavarla. Es recomendable lavarla sola porque lo normal es que destiña un poco al principio.

Si lo que haces es usar lejía, verás cómo va perdiendo color a medida que pasa el tiempo. Cuando consigas el tono de desteñido deseado, enjuaga y luego lava la prenda.

En ambos casos hay que buscar tejidos naturales, si la composición es acrílica con ninguna de las dos opciones tendrás buenos resultados.