Del 'suelo es lava' al spinner: siete tendencias de las que tienes que enterarte para estar en este mundo

divinity.es 21/06/2017 16:52

Las modas van y vienen y esta primavera que acaba de terminar será recordada por estas tendencias más o menos duraderas, más o menos absurdas, pero que por un motivo u otro se han extendido y han calado hondo entre el público.

Comenzamos con la omnipresente y omnipotente fiebre del fidget spinner Si por algún motivo aún no conoces de qué se trata, te contamos que es un objeto giratorio de plástico, que originalmente se diseñó para ayudar a los niños con autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) con la ansiedad, pero que ha acabado por convertirse en el juguete de moda.

Las clases de medio mundo están llenas de ellos y hasta el hijo del Presidente de los EEUU, Barron Trump ha sucumbido a él. A su llegada, junto a su madre Melania, a la Casa Blanca, pudimos ver cómo Barron llevaba en su mano el famoso fidget spinner en rojo con el que seguro que se entretuvo durante el vuelo.

"¡El suelo es lava!". El juego de gritar esto retando a los demás a subirse a cualquier lugar tiene visos de convertirse en uno de los retos virales del año, como ocurrió en 2016 con el Mannequin Challenge. De nuevo, la moda ha nacido en las redes sociales anglosajonas (The Floor is Lava), a raíz de un vídeo de dos jóvenes residentes en Londres que rescataban una idea registrada por primera vez en un libro de Roald Dahl (‘Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate’). Internet está lleno de este desafío y por supuesto los memes no han tardado en aparecer.

Taiyaki. Tai… ¿qué?, ¿eso no suena a plato japo? Así es, para encontrar su origen debemos viajar hasta Tokio, y más concretamente aún, a la confitería Naniwaya ya que fue allí cuando, allá por 1909, se preparó el primer Taiyaki. Una especie de pastelito realizado a base de una masa a medio camino entre las tortitas y los clásicos gofres, cocinada en un molde con forma de simpático pececillo. Ahora, una nueva heladería ubicada en el barrio de Malasaña permite degustar, por primera vez en la capital, este refrescante (e Instagrameable) bocado goloso.